En Málaga: XVII Encuentro de Solidaridad con Cuba

El Centro de Estudios Martianos estará representado (4 al 6 de octubre), en el XVII Encuentro Estatal de Solidaridad con Cuba, en Torremolinos, Málaga, Andalucía, convocado por el Movimiento Estatal de Solidaridad con Cuba (MESC), plataforma creada en 2021 para coordinar acciones conjuntas de cooperación entre las más de 50 asociaciones y colectivos españoles de amistad con nuestro país.

En la inauguración está prevista una intervención conjunta de la doctora Marlene Vázquez Pérez, directora del Centro de Estudios Martianos (CEM) y de MSc. Sissi Abay Díaz, subdirectora del Centro Fidel Castro, quienes discurrirán acerca de la obra de José Martí y del Comandante en Jefe, quien –a pesar de distancias temporales– es considerado su mejor alumno.

Comparecerán en otros espacios de debate, el especialista en relaciones Cuba-Estados Unidos, Salim Lamrani, doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos por la Universidad de la Sorbona; María Antonia Morillas, exdirectora del Instituto de la Mujer; José Manzaneda, periodista vasco que coordina Cubainformación; David Rodríguez, coordinador del equipo jurídico del Tribunal Internacional de Bruselas; Ibis Alviza, especialista de la dirección Europa del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP); Yaimí Ravelo, periodista cubana que presentará un documental de denuncia al bloqueo norteamericano contra Cuba: “Culpables”, ya visualizado a sala llena este miércoles 2 de octubre, en la Societat Coral El Micalet, Valencia, en acto organizado por la Asociación Valenciana de Amistad con Cuba “José Martí”.

Durante el XVII Encuentro…, se dialogará acerca de la situación económica de Cuba, con participación del héroe Ramón Labañino, vicepresidente de la Asociación Nacional de Economistas de Cuba y de Juan Torres López, catedrático de Economía aplicada en la Universidad de Sevilla; varias comisiones de trabajo estarán organizando proyectos de cooperación y donaciones materiales para nuestro país y se rendirá homenaje a José Martí en Parque de la Paloma de Benalmádena.

© PJM

Posted in Sin categoría | Leave a comment

El poder de las ideas martianas

La irradiación y fortaleza de ideas martianas acerca de la democracia, el discurso de los medios de comunicación, la guerra cultural, la necesidad de construir un pensamiento descolonizador, meditaciones que parecieran responder a conflictos del mundo hoy, fueron temas tratados por especialistas del Centro de Estudios Martianos, durante el Taller de formación realizado en la institución el miércoles 2 de octubre, organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).

Titulado “José Martí. Identidad, democracia, descolonización y guerra cultural”, el taller fue parte del Foro Internacional “Activismos y movimientos sociales en América Latina y el Caribe. A 65 años del triunfo de la Revolución Cubana” que –desde el 30 de septiembre y hasta hoy– sesionó en la capital del país, con sede principal en el Edificio Varona de la Universidad de La Habana. En esta oportunidad participaron e incentivaron el debate del público, las doctoras Marlene Vázquez Pérez, Gladys González y la MSc. Laura Rodríguez de la Cruz.

El día anterior –primero de octubre–, la doctora Marlene Vázquez Pérez, confraternizó en otro de los espacios académicos del foro –mesa de diálogo “Democracia, disputas culturales, identidades y movimientos sociales”, junto a las integrantes cubanas de la Red de identidades: Yadira Victoria García, Maricelys Manzano, Maydi Bayona y la chilena Isabel Pipper.

Esta edición del foro internacional también promovió conversatorios, presentaciones de libros, seminarios y consiguió reunir a importantes investigadores, artistas, escritores, decisores de políticas públicas, integrantes de organizaciones sociales y representantes de CLACSO de Uruguay, Panamá, Argentina, Colombia, Brasil, México, Estados Unidos, Haití, Chile, República Dominicana y Cuba.

© PJM

Posted in Sin categoría | Leave a comment

De la virtud en la política

El culto a la virtud en Martí, por otra parte, no se reducía a una eticidad abstracta. Por el contrario, hacía parte de una visión del mundo que se expresaba en una práctica política y cultural en la cual la virtud se convertía en un medio para luchar por el mejoramiento humano que demanda el equilibrio del mundo.

“A lo que se ha de estar no es a la forma de las cosas, sino a su espíritu. Lo real es lo que importa, no lo aparente. En la política, lo real es lo que no se ve.”

José Martí, 1891[1]

Para los trabajadores del Centro de Estudios Martianos,

que no cejan allá, en La Habana.

 Corren tiempos en que se extiende como una mancha aceitosa la imagen de la corrupción como un factor dominante en la vida pública de nuestras sociedades. Esto renueva la necesidad de traer a cuenta una vez más los vínculos entre la política y la virtud en lo mejor de nuestras tradiciones de lucha por el equilibrio del mundo.

Al hacerlo, tendrá siempre un papel de primer orden la visión de José Martí sobre ese vínculo, y la claridad con que supo plantear su importancia en sociedades en las que, dijo,

Los hombres gustan de ser guiados por los que abundan en sus propias faltas.  Véase cómo se apegan con más ardor a las personalidades viciosas, brillantes, que a las personalidades puras, modestas.  Sólo en las épocas de crisis, el instintivo conocimiento del gran riesgo y de su incapacidad para librarse de él, les hace aceptar a los grandes honrados.  La pureza, de que en general carecen, les irrita.  En las faltas del que los gobierna, ven como la sanción de las suyas propias.  Por una mentirijilla de la conciencia, creen que exculpándolos, se exculpan.  Pues que sus pecados no estorban al gobernante para llegar a su alto puesto, no es tan malo el pecar, que el mundo condena y premia.  Todos los que han pecado, tienen simpatía secreta por los pecadores.[2]

 Para juzgar a esos pecadores tenía Martí un criterio preciso. “Hay hombres”, dijo “que viven contentos aunque vivan sin decoro. Hay otros que padecen como en agonía cuando ven que los hombres viven sin decoro a su alrededor.” Y añadía enseguida:

En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los hombres que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos la libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana.[3]

Y se refería con ello a hombres que, decía, “son sagrados”, como “Bolívar, de Venezuela; San Martín, del Río de la Plata; Hidalgo, de México,” a los cuales

Se les deben perdonar sus errores, porque el bien que hicieron fue más que sus faltas. Los hombres no pueden ser más perfectos que el sol. El sol quema con la misma luz con que calienta. El sol tiene manchas. Los desagradecidos no hablan más que de las manchas. Los agradecidos hablan de la luz.[4]

 La vida política de hombres como esos – tan parecidos, por cierto, a los que Bertolt Brecht llamó “imprescindibles”[5]–, dijo Martí en otro momento, definía “dos clases de triunfo: el uno aparente, brillante y temporal: el otro, esencial, invisible y perdurable.” Y añadía:

La virtud, vencida siempre en apariencia, triunfa permanentemente de este segundo modo.  El que la lleva a cuestas, es verdad, tiene que apretarse el corazón con las dos manos para que de puro herido no se le venga al suelo: que tan roto le ponen los hombres el corazón al virtuoso, que si no lo cose y remienda con la voluntad, saltará deshecho en pedazos más menudos que las gotas de lluvia.[6]

El culto a la virtud en Martí, por otra parte, no se reducía a una eticidad abstracta. Por el contrario, hacía parte de una visión del mundo que se expresaba en una práctica política y cultural en la cual la virtud se convertía en un medio para luchar por el mejoramiento humano que demanda el equilibrio del mundo. En esa lucha, decía, eran imprescindibles “las armas del juicio, que vencen a las otras. Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra.”[7]

Del carácter de esas trincheras, y de quienes luchaban desde ellas, dice tanto lo que afirmaba como aquello que se preguntaba. “¿Quién que anda con ideas”, dijo,

no sabe que la armonía de todas ellas, en que el amor preside a la pasión, se revela apenas a las mentes sumas que ven hervir el mundo sentados, con la mano sobre el sol, en la cumbre del tiempo?¿Quién que trata con los hombres no sabe que, siendo en ellos más la carne que la luz, apenas conocen lo que palpan, apenas vislumbran la superficie, apenas ven más que lo que les lastima o lo que desean; apenas conciben más que el viento que les da en el rostro, o el recurso aparente, y no siempre real, que puede levantar obstáculo al que cierra el paso a su odio, soberbia o apetito?[8]

Esta visión concurre a explicarnos la preocupación constante de Martí por el mejoramiento humano, y el trabajo cultural y político que ese mejoramiento demanda. “Se ha de tener fe en lo mejor del hombre y desconfiar de lo peor de él”, nos dijo, para agregar de inmediato la necesidad de

dar ocasión a lo mejor para que se revele y prevalezca. Si no, lo peor prevalece. Los pueblos han de tener una picota para quien les azuza a odios inútiles; y otra para quien no les dice a tiempo la verdad.[9]

Podemos ver la dimensión práctica de la ética martiana en las razones que ofreció para atender a esa necesidad con la creación del periódico Patria, en 1892, como órgano oficial del Partido Revolucionario Cubano, nacido para luchar por la independencia de Cuba y contribuir a la de Puerto Rico, últimas colonias de España en América. De Patria, dijo que nacía

Para juntar y amar, y para vivir en la pasión de la verdad, nace este periódico. Deja a la puerta – porque afean el propósito más puro – la preocupación personal por donde el juicio oscurecido rebaja al deseo propio las cosas santas de la humanidad y la justicia, y el fanatismo que aconseja a los hombres un sacrificio cuya utilidad y posibilidad no demuestra la razón.[10]

Y de los objetivos y la forma de esa tarea dio cuenta en carta a sus editores, ya en camino al más permanente de sus fulgores, al indicarles con rica precisión que “De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento. […] A lengua sinuosa nos están batiendo: cerrémosles el camino a mejor lengua, la hermosa.”[11]

Tal es la vigencia del pensar martiano en estos tiempos de lucha renovada por el equilibrio del mundo. Hermosa ha de ser la esperanza cierta y la acción creadora de quienes se encarnan en pueblos para darles voz y caminar con ellos, frente a la sinuosa de quienes quisieran dispersar a esos pueblos y enfrentarlo entre sí. Esto en verdad “es luz, y del sol no se sale. Patria es eso.”[12]

 

Alto Boquete, Panamá, 28 de septiembre de 2024

[1]  “La Conferencia Monetaria de las Repúblicas de América”. La Revista Ilustrada, Nueva York, mayo de 1891. Obras Completas. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975. VI, 158.

[2] “Cartas de Martí”. La Nación, Buenos Aires, 9 de mayo de 1885. Ibid., X, 188-189.

[3] “Tres héroes”. La Edad de Oro (Vol. I, No 1, julio, 1889). Ibid., XVIII, 305.

[4] “Tres héroes”. La Edad de Oro (Vol. I, No 1, julio, 1889). XVIII, 305.

[5] “Hay hombres”, dijo Bertolt Brecht, “que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles.” https://laotrapoesia.com/verso/bertolt-brecht/

[6] “Cartas de Martí”. La Nación, Buenos Aires, 9 de mayo de 1885. Ibid., X, 188.

[7]  “Nuestra América”. El Partido Liberal, México, 30 de enero de 1891.Ibdi. VI, 15.

[8] “Un drama terrible”. La Nación, Buenos Aires, 1 de enero de 1888. XI, 337.

[9] “Nuestra América”. El Partido Liberal, México, 30 de enero de 1891. VI, 21.

[10] “Nuestras Ideas”. Patria, New York, 14 de marzo de 1892. I, 315.

[11] “A Gonzalo de Quesada y Benjamín Guerra. Cabo Haitiano, 10 de abril [1895]”. Ibid., 1975, IV, 121.

[12] «En casa», Patria, 26 de enero de 1895. V, 468 – 469.

 

Posted in Sin categoría | Leave a comment

Taller de CLACSO en el CEM

Organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), se abre al público el Taller de formación “José Martí. Identidad, democracia, descolonización y guerra cultural”, en el Centro de Estudios Martianos –miércoles 2 de octubre (9 am)–, como parte del Foro Internacional “Activismos y movimientos sociales en América Latina y el Caribe. A 65 años del triunfo de la Revolución Cubana”.

Las doctoras Marlene Vázquez Pérez, Gladys González y la MSc. Laura Rodríguez de la Cruz, investigadoras del CEM, intervendrán acerca de los respectivos temas: “Pensamiento descolonizador de José Martí. Vindicación de Cuba. Contenido, alcance y proyecciones del ensayo Nuestra América”; “José Martí. La disputa ideológica. Estudios de comunicación. Los medios de comunicación como fenómeno de construcción social. José Martí en las redes sociales”, y “José Martí. Ideas sobre la democracia. El papel del sistema electoral y la oposición. El partidismo político”.

El Foro Internacional, que sesiona desde el 30 de septiembre con sede principal en el Edificio Varona de la Universidad de La Habana, forma parte de la Plataforma para el Diálogo social “Movimientos sociales y activismo en América Latina y el Caribe” que, desde 2022, promueve CLACSO, con la finalidad de reconocer las transformaciones sociales y políticas que la Revolución Cubana impulsó en la región y la relevancia de su legado ante los desafíos y oportunidades de la actualidad.

El evento incluye mesas de diálogo social, conversatorios, presentaciones de libros, seminarios en los que tendrán participación investigadores, artistas, escritores, decisores de políticas públicas, integrantes de organizaciones sociales, así como directivos de CLACSO en Uruguay, Panamá, Argentina, Colombia, Brasil, México, Estados Unidos, Haití, Chile, República Dominicana y Cuba.

© PJM

Posted in Sin categoría | Leave a comment

Premio de la Crítica Martiana “Cintio Vitier”

Con la finalidad de premiar las mejores publicaciones de investigación y divulgación de la vida y obra de José Martí, el Centro de Estudios Martianos convoca el Premio de la Crítica Martiana “Cintio Vitier” (géneros: monografía, ensayo y artículo), en homenaje al aniversario 103 del poeta, escritor, gran estudioso y fundador del CEM.

–Monografía: extensión no menor de 100 páginas. Este premio consistirá en 10 000 pesos (MN) y diploma.

–Ensayo: extensión máxima de 60 páginas. Este premio consistirá en 5 000 pesos (MN) y diploma.

–Artículo: extensión no menor de 3 páginas. Este premio consistirá en 3 000 pesos (MN) y diploma.

El jurado podrá otorgar las menciones que considere necesarias, las que recibirán un diploma de reconocimiento. Todos los textos serán presentados por sus autores en originales o fotocopias de la publicación. Se hará constar la editorial o la publicación periódica en que apareció el texto. Se entregarán tres ejemplares. Cada concursante presentará un solo trabajo.

Las obras presentadas deberán ser de autores cubanos, todas publicadas en Cuba o en el extranjero desde el 1ro. de enero de 2022 al 30 de junio de 2024. Se admitirán textos que hayan aparecido en medios digitales. Deberá aclararse fecha, publicación y el link correspondiente. Se entregará impresa la imagen digital del texto.

Los concursantes enviarán por correo postal o entregarán personalmente el trabajo a: Centro de Estudios Martianos, Calzada no. 807 esq. a 4, El Vedado, La Habana, Código Postal 10 400. El plazo de admisión vence el 31 de octubre de 2024.

El jurado estará integrado por reconocidos especialistas en el estudio de la vida y obra de José Martí. El fallo será inapelable. La premiación se realizará en acto oficial, mes de diciembre de 2024, en el Centro de Estudios Martianos.

Los trabajos no premiados estarán a disposición de los autores hasta el 28 de febrero de 2025. Después de esa fecha, el Centro de Estudios Martianos no se compromete con su devolución.

Posted in Sin categoría | Leave a comment

Lecciones de Cintio Vitier

Me dijo Roberto Fernández Retamar que Cintio había sido su maestro. “Maestro” —se entendía— en un sentido espiritual y no en el asociado al ejercicio del aula, de impronta a veces menos determinante. “Lecciones” nombró Vitier a aquellas conferencias dictadas en 1957 en el Lyceum, y cubanas, “Lecciones cubanas”, a esas otras, dadas mucho tiempo después en el Instituto Superior de Arte, que entonces le propuso recordar los 30 años de la salida de Lo cubano en la poesía. En ambos cursos, un denominador común, la iluminación del país, tanto desde sus líneas y avatares expresivos, como desde algunas de sus voces fundacionales, era la iluminación de un proceso —ser en devenir—, con fe absoluta en las potencias de la poesía y la cultura, frente al vacío, la estolidez y las operaciones de “desustanciación” que acaso hoy más que nunca nos asedian. Socavar, deslegitimar, hasta dejarnos sin raíz, parecen las divisas de un sector intelectual que desde luego se ha ensañado también con Vitier. No hablo de las críticas que su obra, como la de cualquier escritor o pensador, precisa, sino de las lecturas generales, de cierta forma afines y marcadamente políticas que insisten, por ejemplo, en la condición “inflacionaria” del canon cubano o enumeran, como supuestos “estigmas” de nuestra literatura: “La publicación de Cantos del Siboney, de José Fornaris”, “‘La estrella de Cuba’, primer poema ‘revolucionario’, escrito por Heredia”, “La agenda teleológica insular de Cynthio Vitier a partir de Lo cubano en la poesía” y “La publicación del panfleto Nuestra América, por José Martí, cúmulo de histeria verbal”.[1] Ya algo de esto habría advertido él en 1997, cuando en “Leyendo ‘La república escrita’ de Rafael Rojas” reaccionaba ante las consideraciones del ensayista, según el cual “la República de José Martí” se ajustaba al concepto de Agamben de “topografía de lo irreal” y la escritura martiana podía concebirse como “una suerte de holograma histórico”.[2] Con Martí en el centro de su ideario, Vitier creyó quizás románticamente que la palabra del Apóstol ayudaría a remediar la crisis y el éxodo de los noventa, pero a su vez señaló agudamente la responsabilidad de la Revolución con los jóvenes desmoralizados, escépticos políticos, marginales o antisociales, en los que tenía que verse “un innegable y doloroso fracaso”:

La Revolución no puede resignarse a este tipo de fracaso, por relativo que sea. La Revolución no puede conformarse con decir de los que se lanzan al mar en embarcaciones frágiles y arriesgan la vida de sus niños y ancianos: son delincuentes, son irresponsables, son antisociales. En todo caso son nuestros delincuentes, nuestros irresponsables, nuestros antisociales. La Revolución también se hizo y se hace para ellos, no puede admitir que sigan siendo subproductos suyos.[3]

A las incomprensiones y extremismos, que también padeció, opuso como buen origenista el trabajo silencioso y constante, la fidelidad a sus principios y la visión equilibrada y conciliadora de que da testimonio su poema “Viernes Santo”: entre el anverso y el reverso de quienes desestiman, desprecian al “pequeño grupo” que vela y quienes se enorgullecen de un nombre “que no han sabido honrar”. “Los que piensan en el prójimo / y lo ayudan y trabajan para él / son tus discípulos: / no importa que lo ignoren”,[4] dice allí, adelantando lo que también comprendería en Solentiname su querido y admirado Ernesto Cardenal.

Ahora que se le juzga a menudo por haber hecho de la Avellaneda un “caso”, por sus reticencias con “El apellido” de Guillén y “La isla en peso” de Piñera, por su teleológico relato de lo cubano, como si no hubiese crítico al que se le puedan igualmente reprochar sus límites, conviene releer otras páginas, las de sus ensayos sobre Julián del Casal (“Julián del Casal en su centenario”), Juana Borrero (“Las cartas de amor de Juana Borrero”), Samuel Feijóo (“Ciclo poético de Samuel Feijóo”), José Lezama Lima (“Invitación a Paradiso”), su introducción a La crítica literaria y estética en el siglo xix cubano, sus Temas martianos y, sobre todo, su Poética, que lo coloca a la altura de los grandes pensadores sobre poesía de la lengua. Antes que Octavio Paz o José Ángel Valente, Vitier asumiría la perspectiva del creador para lanzar una de las propuestas más insólitas sobre el lenguaje figurado que jamás haya podido imaginarse: esto es, para el poeta, el lenguaje figurado no existe, la poesía no es figura sino sustancia, “catacresis esencial”, acto prístino de nombramiento en el que “nieve hilada” o “cítara de plumas” no son la simple sustitución de “mantel” o de “pájaro”, sino el hallazgo de una nueva realidad que no puede expresarse de otro modo.

“Como su obra no necesita que nadie la defienda, solo espero que en este centenario vuelvan a repasarse sus lecciones con el respeto que se debe a los maestros”.

Situado siempre desde la poesía, entidad trascendente más allá del poema, fundida a las materias mismas de lo real, rechazó la literatura en tanto juego terrible o tonto de las instituciones, comercio o consumo, “triunfo del modelo yanqui de modernidad”,[5] y “la nueva escolástica de la teoría literaria que, por el camino de la desaforada especialización cientificista, se dirige a las antípodas de lo que Reyes consideró lo propiamente literario, es decir, lo propiamente humano en la expresión verbal”.[6]

Tuvo el ojo del investigador para descubrir el filón, el cauce, el tema o el autor desatendidos —así en “Los versos del Papel Periódico”, “Un cuento de Tristán de Jesús Medina”, Flor oculta de la poesía cubana—, y también su paciencia; una elegante paciencia en el hervidero de oportunistas y suspicaces. Como su obra no necesita que nadie la defienda, solo espero que en este centenario vuelvan a repasarse sus lecciones con el respeto que se debe a los maestros.

Tomado de: https://www.lajiribilla.cu/


Notas:
[1] Manuel Sosa: “Los 99 estigmas de la literatura cubana”, https://www.hypermediamagazine.com/literatura/manuel-sosa-los-99-estigmas-de-la-literatura-cubana/
[2] Cfr. Cintio Vitier: “Leyendo ‘La república escrita’ de Rafael Rojas”, Temas martianos 2, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 2005, pp. 208-217.
[3] Cintio Vitier: “Martí en la hora actual de Cuba”, África América Latina, cuadernos, n. 16, Solidaridad para el Desarrollo y la Paz, SODEPAZ, Madrid, 1994, p. 92.
[4] Cintio Vitier: “Viernes Santo”, Testimonios 1953-1968, Ediciones Unión, Contemporáneos, La Habana, 1968, p. 280.
[5] Cintio Vitier: “Respuestas y silencios (Diálogo con Rolando Sánchez Mejías)”, Poética, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1997, p. 251.
[6] Cintio Vitier: “Literatura y liberación”, Estudios y ensayos (prólogo de Enrique Saínz), Editorial Letras Cubanas, La Habana, 2014, p. 323.
Posted in Sin categoría | Leave a comment

Cubaperiodistas retoma la publicación de dossiers

Este lunes 30 de septiembre Cubaperiodistas publicará el dossier José Martí periodista y así retomará esta práctica con una frecuencia mensual, cuyo objetivo fundamental es aportar actualizaciones en torno a temas esenciales para el gremio de la prensa y de los lectores que acompañan nuestro sitio.

Esta entrega se ha materializado con la colaboración del Centro de Estudios Martianos y de su directora Marlene Vázquez. Se distingue por el aporte de nuevas miradas en torno al ejercicio periodístico de Martí y por una participación mayoritaria de autores jóvenes.

Posteriormente a la publicación de cada uno de los dossiers, los textos que los conformen serán incluidos en una publicación en pdf que podrá ser descargada del sitio.

En José Martí periodista, los títulos de los textos y los autores son los siguientes:

Tomado de: https://www.cubaperiodistas.cu/

Posted in Sin categoría | Leave a comment

Cintio Vitier, patriota ejemplar

La cultura cubana ha reconocido desde hace mucho tiempo a Cintio Vitier como uno de sus pilares esenciales durante el siglo xx y los inicios de la actual centuria. Su amplia obra creadora en la poesía, el ensayo, la investigación, la crítica literaria, la novela y la edición justifican plenamente tal criterio. Escritor incansable, Cintio ocupó numerosas páginas en alrededor de una decena de revistas cubanas, varios de sus libros han sido impresos por editoriales extranjeras además de las cubanas, y otros se han traducido a otras lenguas. Poetas franceses como Valery, Rimbaud, Mallarmé Claudel fueran traducidos por él.

Su obra mayor, sin duda, fue su atenciòn permanente y privilegiada hacia José Martí, compartida con su esposa, Fina García Marruz, notable poetisa, lúcida ensayista y sagaz crítica literaria, al punto de que a veces se hace difícil establecer las fronteras entre ambos en el campo de los estudios martianos. Sin querer decir con ello que fueran estudiosos que se repetían o que transitaban exactamente por caminos semejantes en sus acercamientos al Maestro. Este fue para los dos el guía moral que presidió decisivamente sus conductas personales y sociales.

Cristianos verdaderos, practicantes del catolicismo más puro y personal, a mi juicio más por convicciones morales que por simple fe eclesiástica, Cintio y Fina sumaron a Martí a sus espiritualidades respectivas, a los quehaceres de sus vidas y lo convirtieron en el centro de su quehacer intelectual, en el guía moral de sus conductas y de sus nobles aspiraciones, y en el impulso permanente de un lúcido y personal patriotismo, de un amor mayor que fue Cuba.

El examen concienzudo y a fondo no cabe en las pocas páginas que permiten este sencillo y amoroso homenaje a Cintio por el aniversario cientocuatro de su natalicio, que se cumplirá el próximo día 25. Acto obligado, este del Centro de Estudios Martianos, institución de la que él fuera fundador junto con Fina, y en la que se amplió la labor ya inciada por ambos años antes en la Sala Martí de la Biblioteca Nacional.

En este Centro, creado, para orgullo nuestro, bajo las firmas de Fidel Castro y Armando Hart, hecho que nunca debemos olvidar, Cintio y Fina fueron sus puntales desde el principio y sus máximos impulsores bajo la dirección inicial de Roberto Fernández Retamar, quien apoyó siempre el osado deseo de Cintio de emprender la edición crítica de las Obras completas de José Martí, en la que aún hoy se empeña y se honra el equipo bajo mi dirección. Terminarla es nuestro deber por encima de todas las dificultades que nos rodean, para cumplir ese deber con José Martí, más también para con Cintio, cuyo sentido patriótico ante esa tarea magna debe animarnos hoy. Esa es nuestra manera de enaltecer a la patria y de contribuir a que los lectores y los estudiosos de Martí también sean de los buenos cubanos que logró reunir el Maestro en su época para hacer la república nueva y, aún después de muerto, a intelectuales como Cintio y Fina, por supuesto, que entregaron su talento, su sabiduría y su amor a la patria sin pedir nada a cambio.

Debo reconocer que si algo aprendí de Cintio y Fina fue esa entrega de su talento y dedicación a Martí, que como ya dije, fue su manera concreta de hacer patria, de honrarla y de pelear por ella libre, soberana. En este Centro tenemos, pues, una tradición de grandeza y entrega morales a Martí, que es decir a la patria.

Por eso hay que recordar con orgullo y espíritu de continuidad la entrega de Cintio Vitier y, por supuesto, también la de Fina, a esta institución de la patria, por encima de las dificultades, hasta por encima de nosotros mismos.

Ellos vivieron momentos personales difíciles, no pudieron continuar la hermosa labor de la Sala Martí, pero sin reservas se entregaron a este Centro en el que hoy nos enorgullecemos de su presencia siempre entre nosotros.

De Cintio hay que aprender la grandeza espiritual y moral que entrega el hacer patria, porque patria hizo con la revista Orígenes, porque patria hizo cuando nos entregó, entre sus muchos escritos, libros como Lo cubano en la poesía, Ese sol del mundo moral, o aquel opúsculo en momentos dificiles que tituló Nuestros balseros.

Los de alma mediocre, los estúpidos extremistas, los oportunistas, los que nunca comprendieron su altura moral, su basamento patriótico, la sinceridad y la eticidad de su práctica religiosa por encima de los dictados eclesiásticos, ya no los recordamos. Como Cintio me dijo una vez, no debemos tener odios ni rencores porque así nos hacemos daño.

Querido Cintio, desde este, tu Centro de Estudios Martianos, no solo te recordamos sino que tambíén te seguimos, queriendo contribuir en el hacer la patria mejor, al igual que a sus hijos que somos todos los cubanos.

18 de septiembre de 2024

 

Posted in Sin categoría | Leave a comment

Inolvidables Cintio y Fina

El Centro de Estudios Martianos posee referentes inolvidables, como los Maestros fundadores Cintio Vitier y Fina García-Marruz, recordados este 19 de setiembre –a propósito de la proximidad (día 25), del aniversario 103 de Cintio–, en un panel integrado por los doctores Marlene Vázquez Pérez y Pedro Pablo Rodríguez López, ambos del equipo directivo de esa entidad.

La visualización de un fragmento de video, atesorado por la Biblioteca del Instituto Cervantes (www.cervantesvirtual.com), abrió el encuentro donde Cintio y Fina explican cómo se vincularon a la obra de José Martí: Él, mediante la escuela que fue su propio hogar, pues su padre, el reconocido Maestro e intelectual Medardo Vitier, ya había publicado un libro dedicado a la obra martiana “diez años antes de que yo naciera […] Venía encauzado desde la infancia […] por otra parte, la relación de todos los cubanos con Martí es natural, más si te interesa la poesía […] Martí en nosotros fue primero un alimento, una inspiración, luego empezó a convertirse en tema de investigación sistemática. Fundamos la Sala Martí en la BNCJM y continuamos estudiándolo en el Centro de Estudios Martianos”.

Fina, quien escribiera en 1951 su primer libro sobre Martí (publicado a propósito del centenario del prócer, 1953), recordó en el video cómo, a pesar de las lecciones martianas de un muy apreciado maestro de la infancia, “no lograba escuchar a Martí en la voz de ese maestro a quien quise mucho”. Y, con esa particular y muy poética comprensión suya de todo, explicó por qué: “es increíble: a Martí hay que leerlo desde el silencio para que su música salga de la escritura […] Cuando yo empecé a leerlo a solas, pude sentir su propio discurso”.

Pedro Pablo, continuador del quehacer que los poetas y ensayistas iniciaron con la edición Crítica de las Obras Completas, de José Martí, recordó que constituyen “puntales y máximos impulsores de este Centro creado, para orgullo nuestro, bajo las firmas de Fidel Castro y Armando Hart, bajo la dirección inicial de Roberto Fernández Retamar”.

Marlene, directora del CEM, luego de agradecer la presencia en la sala del poeta José Adrián Vitier, nieto de Fina y Cintio, centró sus comentarios en la repercusión de dos libros de Cintio, imprescindibles para la cultura cubana, que deben ser más leídos y estudiados hoy: Resistencia y Libertad y Ese sol del mundo moral. Para una historia de la eticidad cubana.

 

© PJM

Posted in Sin categoría | Leave a comment

Martí: mejor trincheras de ideas que de piedras

Esta afirmación forma parte del párrafo inicial del visionario a la vez que programático texto Nuestra América, que por primera vez perfiló claramente la raíz identitaria de los pueblos que se viven desde el río Bravo hasta la Patagonia, con el único fin de dotarlos de esas piedras de conciencia necesarias para los pueblos que se aprestan a luchar por su independencia.
 
El párrafo dice: “Estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo a la cabeza, sino con las armas de almohada […]. Las armas del juicio que vencen a las otras”. El conocimiento, la conciencia que se fragua al descubrir el mundo real y feroz que nos rodea, deben ser las armas que amarren la necesidad de cambiar. “Los pueblos que no se conocen han de darse prisa para conocerse, como quienes van a pelear juntos”. José Martí trabajó obsesivamente para lograr esta conciencia y cimentar la unidad tan necesaria en una lucha, tan desigual y difícil, como la que se abría en aquellos años finales del siglo XIX, en que el naciente imperialismo yanqui se aprestaba a caer sobre nuestra América.
Hace poco fuimos convocados por la Red en Defensa de la Humanidad y contra el Neoliberalismo a reflexionar sobre la vigencia del pensamiento del visionario cubano José Martí. Tal vez hoy, más que nunca, esta afirmación es decisiva. Estamos bajo el constante bombardeo mediático, armado de mil flujos informáticos y electrónicos que inundan cotidianamente el mundo. Manuel Castells sentenció en La era de la información que “el poder del flujo es mayor que el flujo del poder”. En aquel momento, tal vez, la esperada democratización del uso abierto de las redes era creíble, pero a medida que una tecnología cada vez más exorbitante y desarrollada es dominada por el poder, ha llegado a controlar mediante un flujo inalcanzable y abrumador al mundo.
Asistimos a una guerra híbrida, que combina el injerencismo guerrerista genocida que destruye países; baste señalar Irak, Libia, Afganistán, Siria y hoy Palestina, que todos los días impunemente lo televisan; los bloqueos económicos que despliegan mayor capacidad financiera y vías de control que antes, Cuba 65 años sin tregua encarna esa resistencia; con los nuevos golpes de Estado implementados mediante los poderes judiciales, la lawfare, acompañada del embate mediático que ha destituido “legalmente” a los presidentes: Lugo, de Paraguay; Zelaya, de Honduras; Rousseff, de Brasil; Castillo, de Perú; encarcelado a Lula; perseguido a los Kirshner y a Correa; niega el triunfo de Arévalo en Guatemala, y se vuelca arteramente a desconocer las elecciones en Venezuela.
Martí a los 15 años escribió un poema que ya logra plasmar la esencia de su lucha-destino y la profecía de su vida: “El amor, madre, a la patria/ no es el amor ridículo a la tierra, / ni a la yerba que pisan nuestras plantas; / es el odio invencible a quién la oprime, / es el rencor eterno a quién la ataca”. A los 17 fue enviado a las canteras de piedra y luego deportado a España. Dos veces será deportado hasta fijar su vida en tierras nuestroamericanas y de la “otra”, no nuestra, sino del norte revuelto y brutal que nos desdeña y está en “la hora del desenfreno y la ambición”.
Murió en el campo de batalla a los 42 años, produjo una obra recogida en 28 volúmenes; periodista, ensayista, poeta, diplomático y sobre todo hombre congruente con su pensamiento, fue un organizador incansable que amalgamó el Partido Revolucionario Cubano para dar la batalla final contra el colonialismo español y evitar la expansión estadunidense. Él mismo llamó a su obra “Letras fieras” sin referirse a que fuesen crueles o salvajes, sino a que eran veraces y vigorosas, reveladoras de esencias irrebatibles. Necesario, exhibir las falsedades de aquellas dictaduras liberales, un Porfirio Díaz, Julio Argentino Roca, Justo Rufino Barrios, que conoció bien, liberales extranjerizantes que gobernaron imitando a los imperios, desconociendo su propia tierra dejaron “que la colonia continuara viviendo en la república”; para poder gobernar “pueblos nuevos” se requieren gobiernos nuevos que sepan crear. El hombre nuevo, natural, no hay razas, hay hombres iguales. “El indio que mudo se iba al monte, el negro solo y desconocido cantaba por las noches, el campesino, creador, se revolvía ciego de indignación […], en ellos está el hombre real de nuestra América”.
El llamado estratégico de Martí quedó plasmado con fuerza histórica en la segunda Declaración de la Habana en 1962 y sigue siendo el núcleo central de las luchas nuestroamericanas: “El problema de la independencia no es el cambio de formas, sino de espíritu”, “es la hora de la segunda y verdadera independencia”. Esta gran humanidad ha dicho basta y ha echado a andar. Cuba que recoge en su Constitución el sueño martiano: “La dignidad plena del hombre”. Cuba, la de Martí, Mella, Guiteras y Fidel sigue siendo hoy el primer bastión de la resistencia nuestroamericana.
Posted in Sin categoría | Leave a comment