Todos los cuadernos de apuntes martianos de los años 1878-1882 aproximadamente están repletos de reflexiones y lecturas sobre Hispanoamérica, pero siempre esmaltados con poesía de intención épica y patriótica. En ellos también alumbran los temas desgarradores y angustiosos de su vida privada. Desde el Cuaderno 4 se observa esa manera de simultanear los estilos poéticos que constituye una clave de su poética, en 1882 deja sentada esa premisa en un texto que se considera hoy uno de los manifiestos del modernismo, escrito en la Revista Venezolana:
La frase tiene sus lujos, como el vestido, y cuál viste de lana, y cuál de seda, y cuál se enoja porque siendo de lana su vestido no gusta de que sea de seda el de otro. Pues ¿cuándo comenzó a ser condición mala el esmero? Solo que aumentan las verdades con los días, y es fuerza que se abra paso esta verdad sobre el estilo: el escritor ha de pintar como el pintor. No hay razón para que el uno use de diversos colores, y no el otro. Con las zonas se cambia de atmósfera y con los asuntos de lenguaje.
Semejante declaración era cuando menos sorprendente en estas latitudes y por esa época, y pertenece a los mismos días de sus apuntes de los años 1878 a 1882. Y en ello estaba Martí empeñado en la producción de su escritura, apropiándose de las más novedosas técnicas de los parnasianos y de los adelantados del simbolismo como Baudelaire.
Es de resaltar cómo, a mi modo de verlo, el estilo de Ismaelillo se desprende naturalmente de los Versos libres. El tema del hijo nace, según se observa en estos apuntes, dentro de la órbita de su prosa rebelde y experimental de sus endecasílabos rebeldes y extraños. En el Cuaderno de apuntes 4, donde se mezclan versos de intención épico americana, muchas veces en formas aún imprecisas y vacilantes, con versos que ya forman parte de la poética agónica de sus Versos libres, y formas breves, de metro menor que van a dar a Ismaelillo o a las breves y elaboradas composiciones que nunca conformaron un poemario, pero iban a ser presumiblemente según apunta Martí los versos de “polvo de alas de una gran mariposa”. Martí ha escrito de sus Versos libres: “A los 25 años de mi vida escribí estos versos”,4 y uno tiene que comprobar que más bien es la fecha en la que cuaja de modo consciente este lenguaje magmático que va a estar en la base de la prosa de sus Escenas norteamericanas tanto como de Ismaelillo y que se instala por algún punto en toda su poesía. Veamos la conjunción inicial entre el tema del hijo y Versos libres. En el Cuaderno de apuntes 4 aparece: