Sociedad Cultural José Martí:un acercamiento a un legado imprescindible

EL afecto y la admiración hacia un hombre sincero convoca a muchas personas  a integrar la Sociedad Cultural José Martí (SCJM), para dedicarse a la reflexión y al debate en torno al pensamiento y la obra martianas, en una labor apasionada, que contribuye al desarrollo integral de las personas.

Fundada el 20 de octubre de 1995, coincidiendo en fecha con el Día de la Cultura Cubana, los antecedentes de esta institución están marcados por la trayectoria de los Grupos Provinciales de Estudios Martianos y las Cátedras Martianas, que organizaban los seminarios y eventos para profundizar en las investigaciones relacionadas con el Héroe Nacional de Cuba y líder de las guerras por la independencia de la Isla  contra el yugo colonial español del siglo XIX.

En documentos donados a Granma Internacional por Rafael Polanco Brahojos, el Vicepresidente de la organización, consta que la SCJM es creada por la iniciativa de un grupo de intelectuales y personalidades como Armando Hart Dávalos (Presidente Honorífico de la institución), Roberto Fernández Retamar, Cintio Vitier Bolaños, Abel Prieto Jiménez, Eusebio Leal Spengler, Carlos Martí Brenes y Enrique Ubieta.

El acta fundacional de la SCJM destaca que se trata de un espacio para promover el pensamiento de la Nación y el magisterio de José Martí. Por tanto en su accionar articula proyectos culturales y difunde el legado martiano, tanto en el plano nacional como internacional, en estrecha coordinación con otras instituciones y con el conjunto de organismos y organizaciones del Estado cubano.

Sus 14 877 miembros activos ,agrupados en 1061 clubes martianos, fomentan valores en niños, adolescentes y jóvenes tales como el patriotismo, la solidaridad, el respeto a la diversidad, el antirracismo y la defensa de la paz, a través del estudio serio y objetivo de la historia nacional.

Tiene definido siete ejes temáticos: Pensamiento para el trabajo teórico e investigativo; cultura para la promoción artística; reconocimiento social para premiar y distinguir a personas jurídicas y naturales destacados en la labor martiana; trabajo con los niños, adolescentes y jóvenes dirigido a este sector de la sociedad; la divulgación; las relaciones internacionales; y la labor comunitaria.

La revista Honda constituye su principal órgano de difusión. Toma su nombre de la frase del Apóstol que aparece en la carta a Manuel Mercado, en la cual expresa «Viví en el monstruo y le conozco sus entrañas y mi honda es la de David». La primera edición de esa publicación sale a la luz pública en enero del 2000, luego se mantiene una frecuencia cuatrimestral y una tirada de 3000 ejemplares.

Polanco Brahojos, también director de Honda, significa que el principal propósito de la revista es ser fiel a la esencia  de su título, empuñando la honda que Martí puso en nuestras manos para la defensa de Cuba y de Nuestra América, para lo cual recoge en sus páginas contribuciones acerca del pensamiento cubano desde la forja de la nación hasta nuestros días.

En los Estatutos aprobados en la primera Asamblea de la SCJM, se define a la organización como una entidad no gubernamental, autónoma y sin fines de lucro. Posee status consultivo especial ante el Consejo Económico Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) y es miembro del Consejo para la Educación de Adultos de América Latina (CEAAL).

Sus filiales en las 15 provincias del país, más una en el municipio especial Isla de la Juventud, apoyan al Movimiento Juvenil Martiano y a su Seminario Nacional. Ejecutan igualmente una labor hacia el exterior.

Ello lo ratifica Juan Eduardo Bernal Echemendía, presidente de la Sociedad en la central provincia de Sancti Spíritus: «Nos hemos enfrascado en convencer a la población de que el estudio del pensamiento martiano es una necesidad para los tiempos actuales», y asegura que ha servido para introducir investigaciones sobre el tema en los programas de estudios en los diferentes niveles educacionales.

«Constantemente miramos a los paradigmas cubanos para poder construir el futuro por tanto nos propusimos resaltar la obra martiana y de todos aquellos pensadores cubanos con una cosmovisión muy progresista hacia la sociedad», agrega el también profesor de español y literatura.

Cada Club Martiano tiene la independencia para decidir cómo enfrentar el trabajo en su radio de acción y puede promocionar la identidad artística y cultural, tanto en lo teórico como en espacios culturales variados.

Un ejemplo lo constituyó el evento Con todos y para el bien de todos efectuado en el municipio de Trinidad. En Cabaiguán desarrollan una jornada de reflexión martiana al año y en Jatibonico efectúan Ecos de Revolución, otra cita de pensamiento.

El de mayor madurez y durabilidad lo constituye Voces de la República, que desde 1999 se realiza anualmente en la ciudad de Sancti Espíritus, en el mes de mayo, muy próximo a la fecha del fallecimiento de José Martí (19 de mayo de 1895). En este espacio de análisis se estimula el estudio objetivo de los asuntos de la etapa republicana en el siglo XX, con énfasis en la historia ocurrida antes del triunfo de la Revolución Cubana.

La pasión por Martí, Bernal Echemendía la adquirió de un tío abuelo, que integró el Ejército Libertador y combatió contra España como mambí. En los ratos de ocio de su familia se relataban las anécdotas de la manigua y siempre se trajo a colación frases célebres martianas. «Vincularme a la Sociedad Cultural José Martí fue un resultado y un lujo a la vez. Todo este tiempo que he trabajado aquí me he sentido mejor ser humano», asegura.

Por otro lado, no puede desconocerse el liderazgo que en este esfuerzo realiza la Oficina del Programa Martiano, la cual funge de ente coordinador y asesor metodológico; y ha desarrollado durante más de dos décadas una cardinal labor en la promoción y el estudio del pensamiento del Héroe Nacional de Cuba. Recién acaban de nombrar al destacado escritor y ensayista Abel Prieto Jiménez como director de esa entidad.