[Nueva York, 9 de febrero de 1884]
Mi hermano muy querido
Creí tener un instante esta mañana para escribirle: su cariñoso mensajero ha llegado antes que mi libertad, y sólo para dar fe de mí, para rogarle que me atienda y quiera al caballero Carranza, y para entablarle querella porque me tiene olvidado-me salgo un momento de mis cuentas de venta y cartas de oficina.
Le envío, por si no se lo he mandado antes, un prologuillo para un ensayo modesto de una buena persona– y el último número de La América. De La América voy a tener que hablarle-a ver si puedo hacer de ella lo que deseo.
¿En quién cree V. que pienso muy a menudo? En Manuel, su mayor, que me sedujo siempre por su ternura y cortesía.-Y en toda su casa, artística y dichosa.
No me quiere mandar un cuadrito de Ocaranza.-Y está triste y vacío el lugar que le guardo.
Y hasta que no lo vea, y bese la mano a Lola, no estará contento su hermano, que de todo su bien goza.
J. Martí