El legado antiimperialista de José Martí, a 130 años de su caída en combate

Estamos conmemorando el aniversario 130 de la caída en combate de Martí y por encima de efemérides y cronologías, siempre la fecha señalada nos convoca a una mirada retrospectiva, a una contrastación del entonces y el ahora. Pocos autores resisten la prueba de un siglo sin que sus textos envejezcan, total o parcialmente. En el caso martiano la actualidad es absoluta, especialmente en lo que concierne a su visión de los Estados Unidos, pues sin duda fue el latinoamericano que mejor conoció a ese país en su época.

De ese conocimiento profundo, diverso, que le permitió ahondar en los orígenes de aquella nación, brota su antiimperialismo. Es este un aspecto de su pensamiento que sobresale por su complejidad, y que no debe ser visto solo desde la arista política. Está basado en un entramado muy rico de experiencias vitales, estudio detenido, reflexiones y escritura, que alcanzan un punto cenital en la producción de madurez del prócer cubano, pero cuyos orígenes se remontan a muchos años atrás.

Desde muy temprana edad había advertido José Martí las enormes diferencias culturales existentes entre anglosajones e hispanoamericanos. Vale recordar aquí algo que ya había percibido desde 1879, durante  la época de su primera deportación a España, y de lo que dejó testimonio en su Cuaderno de apuntes no. 1:

Los norteamericanos posponen a la utilidad el sentimiento—Nosotros posponemos al sentimiento la  utilidad.// Y si hay esta diferencia de organización, de vida, de ser, si ellos vendían mientras nosotros llorábamos, si nosotros reemplazamos su cabeza fría y calculadora por nuestra  cabeza imaginativa, y su corazón de algodón y de buques por un corazón tan especial, tan sensible, tan nuevo que solo puede llamarse corazón cubano, ¿cómo queréis que nos legislemos por las leyes con que ellos se legislan?// Imitemos. ¡No!—Copiemos ¡no!—Es bueno, nos dicen. Es americano, decimos—Creemos, porque tenemos necesidad de creer. Nuestra vida no se asemeja a la suya, ni debe en muchos puntos asemejarse. La sensibilidad entre nosotros es muy vehemente. La inteligencia es menos positiva, las costumbres son más puras ¿cómo con leyes iguales vamos a regir dos pueblos diferentes?//Las leyes americanas han dado al Norte alto grado de prosperidad, y lo han elevado también al más alto grado de corrupción. Lo han metalificado para hacerlo próspero. ¡Maldita sea la prosperidad a tanta costa! [1]

El fragmento citado in extenso apunta hacia una de las constantes del pensamiento de Martí, presente siempre en sus textos dedicados al análisis de las problemáticas de la que llamara Nuestra América: nunca copiar ni imitar, siempre crear,  a partir del conocimiento de las esencias propias. También señala el camino de otra de sus prioridades: alertar,  por todos los medios posibles,  del peligro de dominación cultural, económica y política encarnado en los Estados Unidos, que amenaza a las repúblicas latinoamericanas. Durante su largo exilio neoyorquino concretó esa labor de prevención en sus crónicas para la prensa sudamericana, lo cual consiguió de manera muy especial con las armas del discurso literario, nunca con la censura abierta, que podía ser mal recibida entre lectores que admiraban el desarrollo económico y la democracia representativa estadounidense.    

Tal vez una de las muestras más tempranas de ese discurso de la alerta[2] la encontremos en su crónica “Coney Island”, publicada en La Pluma, de Bogotá, en diciembre de 1881.[3] Sobresale desde la primera línea la alta estima que le merecen los Estados Unidos, situados ya, de manera indiscutible, a la cabeza del desarrollo económico y social de la época. Sin embargo, la conciencia de esa supuesta “superioridad” da origen a una soberbia, a una autocomplacencia en el propio valer, que entraña, para el resto de las naciones, un riesgo, si no explícito aún, ya latente, advertido por el  observador sagaz que escribe el texto. Lo que será en los años finales de esta propia década declarado antiimperialismo, tiene un antecedente significativo en la nota de duda, de desconfianza, de prevención, que aflora en el siguiente párrafo:

En los fastos humanos nada iguala a la prosperidad maravillosa de los Estados Unidos del Norte. Si hay o no en ellos falta de raíces profundas, si son más duraderos en los pueblos los lazos que ata el sacrificio y el dolor común que los que ata el común interés, si esa nación colosal, lleva o no en sus entrañas elementos feroces y tremendos; si la ausencia del espíritu femenil, origen del sentido artístico y complemento del ser nacional, endurece y corrompe el  corazón de ese pueblo pasmoso, eso lo dirán los tiempos. [4]

La década de los 80, sobre todo hacia los finales, fue especialmente ardua para el cubano, si cabe hacer esa distinción en la vida del proscrito, anhelante de la libertad de su Isla, y en sobresalto continuo por el bien de la Patria mayor. Fueron años de bregar continuo en pos de sus objetivos supremos, en tierra extraña y con una lengua y una cultura que le hacían sentir a cada paso su condición de extranjero. Recién llegado a Nueva York escribió con un dejo de ironía:  

[…] Es curioso observar que siempre puedo entender a un inglés cuando me habla; pero entre los norteamericanos una palabra es un susurro; una frase, una conmoción eléctrica. Y si alguien me pregunta cómo puedo saber si un idioma que escribo tan mal, se habla mal, le diré francamente que es muy frecuente que los críticos hablen de lo que desconocen por completo.[5]

La aparente ligereza del tono  mal oculta el drama del emigrado,  forzado  a fijar su residencia en aquellos lares, y que tendrá, en lo sucesivo, que dominar la lengua a toda costa, pues es un imperativo de supervivencia y una garantía para  la realización de sus proyectos de emancipación. Es por eso que sorprende a quienes estudian su vida y obra, que haya sido capaz de concebir y redactar en inglés su respuesta a la campaña difamatoria contra los cubanos iniciada por el periódico The Manufacturer, de Filadelfia, de la que se hiciera eco el rotativo neoyorquino The Evening Post. En este propio periódico publicó Martí su respuesta, en carta a Edwin L. Godkin, su director. Este  documento, dado a la luz pública el 25 de marzo de 1889,  ha pasado a la historia como “Vindicación de Cuba.”

De ese propio año, ante la creciente actividad anexionista dentro de los Estados Unidos, data su proyecto de redactar un periódico en inglés, para difundir, en la lengua del  contrario, las ideas americanistas. Ello evidencia que ha pasado de la defensa a la contraofensiva, si bien no pudo materializar este anhelo por falta de recursos.

Todas estas experiencias fueron cimentando, paulatinamente, su posición ideológica antimperialista. Es casi obvio aclarar aquí que un texto como “La verdad sobre los Estados Unidos”[6]aparecido en el periódico Patria el 23 de marzo de 1894, tiene una importante zona genésica en la labor de Martí como cronista y en su experiencia vital como exiliado en ese territorio.

Pudiera parecer, luego de más de una década de estancia en la gran urbe, y de haberse insertado plenamente como figura mayor dentro de la cultura y la política estadounidense ─no debe olvidarse que también fue cónsul de Argentina, Paraguay y Uruguay y que como delegado de ese último país participó activamente en la Conferencia Monetaria de 1891, y que tenía acceso por su condición de diplomático a muchos espacios exclusivos─, que ya Martí había logrado adaptarse plenamente a la nueva realidad. Nada más lejos de la verdad: nunca quiso ni buscó asimilarse. Un apunte de 1894 se convierte en una dolorosa evidencia al respecto:

La frase del criado del “Murray Hill Hotel”.

—“¿Conoce V. a un caballero sudamericano, muy alto, que come aquí desde hace un mes?”

—“No sé. Entran y salen. Él no se ha hecho conocer de mí. (“He has not made himself known to me”.) ¡Y la mirada de desprecio y el gesto de ¡deje en paz al Emperador con que acompañaba la respuesta! Vive uno en los Estados Unidos como boxeado. Habla esta gente y parece que le está metiendo a uno el puño debajo de los ojos”.[7]

Constatar lo anterior lleva a suponer cuánto esfuerzo  desplegaba Martí  día a día para sobreponerse a la barrera lingüística y la idiosincrasia anglosajona. Da fe también de la entereza moral de un hombre que se mantuvo fiel a sus principios;  desarrolló un pensamiento propio de poderosa originalidad;  renovó su propia lengua como vehículo de expresión poética y acendró su antiimperialismo y su vocación de servicio a Nuestra América.

Su caída en combate el 19 de mayo de 1895 no fue un acto de heroísmo aislado a favor de la independencia de Cuba, fue, sobre todo, la expresión más acabada de su coherencia entre prédica y acción. Moría también en pos de su ideal nuestramericano y antillanista, en una guerra que no solo se proponía liberar dos islas, sino equilibrar un mundo. Tengamos presente ese legado y pongámoslo en práctica por todas las vías posibles en las complejas circunstancias de nuestra época. Nos ayudará a entender muchos problemas contemporáneos, a la vez que permanece intacto en su calidad ética, patriótica y de vocación universal.

Notas: 

[1] José Martí. “Cuaderno de apuntes no. 1.” En Obras completas, editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975, t. 21, p. 15-16. (En lo adelante, OC).

[2] Designamos con ello la puesta en escena de un conjunto de recursos expresivos, que abarca desde el empleo de determinados signos de puntuación; el uso consciente de vocablos cuidadosamente elegidos para explotar al máximo todas sus posibilidades sémicas; la construcción gramatical de las oraciones, insistiendo, según el caso, en determinado tipo de ellas y no en otros, también factibles, pero no adecuados a la intencionalidad ideológica subyacente; hasta la introducción de imágenes poéticas y formas narrativas y descriptivas que se concretan en el suspenso y la sorpresa para ofrecer, finalmente, la verdad iluminadora. La consecución práctica de este  discurso de la alerta no se debe a la casualidad ni es mero fruto de la intuiciónConsideramos que es el resultado de una estrategia comunicativa consciente, muy bien pensada, destinada a prevenir a nuestros países respecto al peligro imperialista.  Véase Marlene Vázquez Pérez: “Las Escenas norteamericanas de José Martí: su calidad polifónica”, en Cuadernos Americanos, México, no. 125 (2008), pp. 117-130.

[3] Hebert Pérez Concepción ha señalado la existencia de ejemplos anteriores, como es el caso de un Cuaderno de Apuntes de la etapa española, otras ideas contenidas en trabajos aparecidos en la Revista Universal, de México, y las “Impresiones de América”, aparecidas en inglés, en The Hour, entre julio y octubre de 1880. Sin embargo, insiste el estudioso, pues es ese el interés de su análisis, en cuestiones puramente ideotemáticas, no en aspectos expresivos. Atendiendo a sus peculiaridades en ese sentido es que elegimos “Coney Island.” Ver: Hebert Pérez Concepción: “José Martí, historiador de los Estados Unidos, previsor de su desborde imperialista. El alerta a nuestra América. ”   En: José Martí. En los Estados Unidos. Periodismo de 1881- 1892. p. 2099- 2101.

Por su parte, Ángel Rama ha declarado: “ De 1880 a 1895 Martí  vivirá en la permanente “agonía” de la inminencia del zarpazo imperialista, voceándolo en todas las formas que le era posible, multiplicándose para alertar a los países del sur del Río Bravo.” Véase de  Ángel Rama. “La dialéctica de la modernidad en José Martí”, en Estudios martianos, San Juan, Puerto Rico, 1974; pp. 142- 144.

José Martí. “Coney Island.” OC, t. 9, pp. 123- 128, OC, Edición crítica, t. 9, p.  133-138

[4] José Martí. O.C., t- 9, p. 123.

[5] José Martí.”Impresiones de América por un español recién llegado.” OC, t. 19; p. 125 y OC. Edición crítica, t. 7, p. 150

[6] Véase OC, t. 28; p. 290- 294.

[7] José Martí. Cuaderno de apuntes no. 18. OC, t. 21, p. 399

Tomado de: http://www.cubadebate.cu

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Las preguntas del tiempo

La muerte de José Martí abrió numerosas interrogantes ante la historia de Cuba. Convocados por JR, varios estudiosos de la obra martiana se acercan a esas preguntas

Era 1898, y los hechos parecían superarlo. Quizá una angustia tremenda le oprimía el pecho, ocultada a pedazos por los largos años de penalidades; pero solo lo podía hacer hasta cierto punto, porque, en algunos momentos, ella afloraba en palabras apretadas, recias a veces.
«Esta es la hora de Martí», le escuchaban decir los oficiales y soldados más cercanos. «Esta era su hora». Es posible que, en ese momento, Máximo Gómez Báez, el General en Jefe del Ejército Libertador cubano, el hombre de cientos de batallas, recordara aquella tarde terrible del 19 de mayo de 1895, cuando conoció que José Martí había caído en Dos Ríos.Era una tragedia, él sabía. Trató de impedirla. Sin embargo, la magnitud del acontecimiento se revelaba en esos días de la guerra, cuando Estados Unidos se preparaba para intervenir. Entre emisarios y consultas, en preguntas de cómo apoyar a los cubanos en su independencia, el aire se sentía pesado y los hechos ocurrían con rapidez.

¿De verdad qué deseaban liberar a Cuba?, pensaba el viejo general. Y enseguida recordaba las conversaciones con ese hombre delgado, bajito, de frente amplia y bigote poblado, capaz de ganarse la voluntad de los veteranos más recios. A la memoria regresaban las preocupaciones y criterios, que ese viajero de traje oscuro y raído le hacía en su casa de República Dominicana. De verdades firmes, que él deshojaba en medio de las conversaciones, mientras Gómez escuchaba maravillado por la agudeza con la que ese hombrecito veía lo que otros no percibían.

Y entre las hogueras de los campamentos, en el frío de la noche, viendo el fuego entre los grupos de soldados que descansaban de las marchas constantes, Gómez volvía a preguntarse: «En esta hora, ¿qué habría hecho Martí?»

Si José Martí no hubiera muerto en Dos Ríos, ¿ante qué complejidades se tendría que haber enfrentado? ¿Las podría haber superado? Esas y otras interrogantes han puesto a meditar a miles de cubanos desde 1895. De entrada, los historiadores son muy cautos: lo que no sucedió, no es historia. Decir que Cuba hubiera sido distinta con un Martí vivo es penetrar en un terreno escabroso, lleno de especulaciones y que los especialistas prefieren rehuir. Sin embargo, sí coinciden en un punto: si el Apóstol hubiera salido ileso del combate de Dos Ríos o de otros peligros de la guerra, de seguro que en su camino se encontraría con complejidades tremendas.

«Yo tengo el convencimiento de que la vida no le habría alcanzado para lograr su sueño —expresa la doctora Marlene Vázquez Pérez, directora del Centro de Estudios Martianos (CEM)—. Debe recordarse que Martí era un hombre enfermo. Por lógica, le quedaban 20 o 30 años de vida y su sueño político era muy grande. No puede olvidarse que el proyecto de Martí implicaba construir un país nuevo, desde abajo, y contra ese empeño existían factores muy fuertes: el analfabetismo, el racismo, las desigualdades sociales, una economía monoproductora y latifundista. Súmele a eso que, si él lograba ver la independencia, se encontraría ante una nación debilitada económicamente por el impacto de la guerra y eso la hacía muy vulnerable a los intereses extranjeros».

Doctora Marlene Vázquez Pérez, directora del Centro de Estudios Martianos. Foto: Luis Raúl Vázquez Muñoz

¿Cómo sortear esas dificultades? La máster Laura Rodríguez de la Cruz, vicedirectora de investigaciones del CEM, expresa que Martí estaba consciente de esas y otras grandes complejidades desde los mismos preparativos de la guerra. Sabía, además, que los intereses económicos creados podían generar colisiones en un momento determinado si triunfaba el independentismo.

«Pero en Martí —dice— hay una preocupación fundamental y es la de formar ciudadanos. Él es un maestro no solo en el pensamiento, sino también en la acción. De ahí las formas que utiliza para llegar a los sectores más diversos. Él quería que los cubanos se vieran como un país capaz de autogobernarse con todas sus capacidades y toda esa visión de que los latinoamericanos eran inferiores constituía una falsa premisa, creada para acentuar los procesos colonizadores. Por eso, para él, descolonizar la mente y la cultura sobre la  base de una ética, era el sostén de todo».

Máster Laura Rodríguez de la Cruz, vicedirectora de investigaciones del CEM. Foto: Luis Raúl Vázquez Muñoz

Los investigadores coinciden en que una complejidad tremenda sería enfrentar la expansión de Estados Unidos. «Eso era muy preocupante para Martí», insiste Laura, junto con Marlene Vázquez Pérez. «No solo por el poder económico, sino por el dominio de los medios de comunicación y el control político que los norteamericanos empezaban a ejercer sobre la región».

El doctor Pedro Pablo Rodríguez López, Premio Nacional de Ciencias Sociales 2009, expresa que ese era un desafío tremendo, del cual nuestro Héroe Nacional estaba muy consciente. De ahí, dice, una de las urgencias de la guerra del 95: la necesidad de ganar tiempo ante pasos que ya daba Estados Unidos.

«No puede olvidarse —explica— que Martí presencia un cambio de época, en muchos sentidos muy similar al que vivimos hoy. En esa fecha, las potencias se repartían el mundo. Algunas ya estaban asentadas, como Inglaterra y Francia. Otras buscaban su espacio, es el caso de Alemania. Otras emergían con fuerza, y el ejemplo estaba en Japón. Debe recordarse que esas naciones buscaban zonas para obtener materias primas. Entonces, para llegar a ellas había que buscar rutas comerciales y ahí aparecía el Caribe como vía para alcanzar el Pacífico, sobre todo para alcanzar a China.

 

Doctor Pedro Pablo Rodríguez López, Premio Nacional de Ciencias Sociales 2009. Foto: Luis Raúl Vázquez Muñoz

«En ese escenario, llegaba Estados Unidos. Ya era fuerte, tenía apetencias sobre Hispanoamérica; pero todavía no contaba con el poderío suficiente para enfrentar a Inglaterra y Francia por separado o a ambas unidas. Hay anotaciones de Martí, en las que él se pregunta a qué país aliarse. Por eso su intención de apresurar la guerra en Cuba, para ganar tiempo y buscar alianzas que pudieran detener a Estados Unidos».

¿Tendría Martí la capacidad de maniobra para detener ese empuje? Para el doctor Mijaíl Mondol López, profesor de la Universidad Nacional de Costa Rica, ese es un problema muy complejo porque Estados Unidos venía con una fuerza avasalladora.

«¿Tenía Martí esa capacidad? —se pregunta el profesor Mondol—. Sin duda, poseía talento y una capacidad política tremenda, pero ante él había aparecido una coyuntura muy compleja. ¿Podría tener todas las herramientas a su alcance? Bueno, no sé. Hay un factor que hacía muy dura la tarea de la unión continental, propuesta por Martí para detener el empuje colonial de Estados Unidos, y era la fragmentación política de los pueblos latinoamericanos, especialmente en Centroamérica.

«Había un enfrentamiento muy fuerte entre conservadores y liberales. Eso podía ser un factor en contra. Pero lo que sucede con Martí es, en cierta medida, una paradoja. Hay muertes muy dolorosas, pero que adquieren una alta significación política cuando ocurren, y la de él es una de ellas. El significado mayor de su figura aparece después de su muerte, no antes. Es ahí cuando su pensamiento se convierte en la principal herramienta contra la dominación extranjera de América Latina».

 

Doctor Mijaíl Mondol López, profesor de la Universidad Nacional de Costa Rica. Foto: Luis Raúl Vázquez Muñoz

Pero ante él había otra complejidad inmensa: llevar la Guerra Necesaria adelante y lograr la unidad dentro de las fuerzas independentistas. «Una de las tareas más urgentes y delicadas que tenía por delante era esa: unir al mambisado y evitar las divisiones de la Guerra del 68», insiste la doctora Marlene Vázquez Pérez.

El profesor Pedro Pablo Rodríguez coincide con ese criterio y añade: «En los días de su muerte, la preocupación de Martí era formar el Gobierno, organizar a todos esos hombres y mujeres de carácter muy fuerte. Yo no creo que él aspirara a ser el presidente de la República en Armas, al menos no lo reflejó en sus papeles más personales. Lo cual no quiere decir que rechazaría el cargo si era elegido».

Pero, ¿podría lograrse esa unidad? De inicio, allí estaba el conflicto con Antonio Maceo en La Mejorana, cuando el Titán de Bronce reclamó a Martí por haber suplantado su mando a favor del general Flor Crombet en la expedición que desembarcó por Guantánamo el 1ro. de abril de 1895. Sin embargo, aquí sí son enfáticos: la unidad de los principales jefes se hubiera logrado.

«Eran personas de temperamento muy duro, pero con un sentido del honor muy enraizado —asegura la profesora Laura Rodríguez—. Ante la independencia de Cuba y la causa colectiva, ellos cedían y los desacuerdos personales quedaban para después».

Los profesores Marlene Vázquez y Pedro Pablo Rodríguez recuerdan que los veteranos eran individuos marcados por las divisiones del 68, y no querían revivirlas. «Se habla de la discusión de La Mejorana —apunta Pedro Pablo—, pero a veces se olvida de lo que sucedió al día siguiente, cuando Maceo formó la tropa y rindió honores a Gómez y Martí. Ahí estaba dando una señal. Era su manera de pedir disculpas, sin pronunciar palabras».

No obstante, en algún momento de la guerra esa unidad iba a estar en peligro. «A Estados Unidos le favorecía la desunión de los cubanos —apunta Laura Rodríguez—, e iban a entrar y para hacerlo tenían que dividir. Con un Martí vivo en 1898 la historia de Cuba hubiera sido más compleja, porque iba a desplegar toda su inteligencia y aquello iba a ser muy vibrante. No ocurrió por su muerte y eso favoreció a los norteamericanos, porque ellos sí sabían quién era José Martí y buscarían la manera de neutralizarlo. Lo que pasaba es que si Estados Unidos venía por todos, en el otro lado Martí estaba dispuesto a dar la pelea hasta el final».

La tarde del dolor

Dos Ríos fue un combate sostenido a la altura del mediodía del 19 de mayo de 1895, en las riberas de los ríos Cauto y Contramaestre, en la antigua provincia de Oriente. Duró apenas dos horas. Por la parte española se dispararon más 10 000 proyectiles. Ese día solo hubo un muerto: José Martí.

Tomado de: https://www.juventudrebelde.cu

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Patria, unidad y humanidad

“José Martí: Patria, unidad y humanidad” será el tema del próximo Coloquio Internacional del Centro de Estudios Martianos (mayo de 2026), notificó la MSc. Laura Rodríguez de la Cruz, subdirectora de esa institución, al cierre del evento “De amor y pensamiento: la guerra necesaria”, que sesionó exitosamente en los últimos tres días (14-16), en salones de la Casa de Calzada no. 807, esquina a 4, en El Vedado.

Fueron tres jornadas intensas, pensadas y estructuradas a partir de la experiencia que acumula este prestigioso evento que cada año logra enfoques, puntos de vista y contenidos científicos novedosos en relación con la vida, la obra y el pensamiento de José Martí. Así lo reconoció la doctora Marlene Vázquez Pérez, directora del CEM al clausurar el coloquio y referirse, en particular, al estudio del periódico costarricense (El Pabellón Cubano), presentado por el doctor en Ciencias Mijaíl Mondol López (Universidad Nacional de Costa Rica).

Si bien la calidad y profundidad de los enfoques en cada estudio fue norma general, los paneles especiales acapararon mucha atención, por ejemplo, “Aproximaciones lingüísticas a los diarios martianos” (Dra.C. Marlen A. Domínguez y el MSc. Alexander Puente Hernández, Universidad de La Habana) generaron valiosos intercambios acerca de las decisiones a tomar en relación con los textos martianos en el trabajo de la edición crítica.

Lúcidas miradas a temas de nuestra historia tanto literaria como visual aportaron al panel “La Guerra de Independencia a través de la plástica y los relatos”, los doctores en Ciencias Elina Miranda Cancela (“Ecos de la guerra en los relatos de Laura Mestre”); Mauricio Núñez Rodríguez (“El teniente Crespo: un cuento de la guerra escrito por José Martí”); Jorge Bermúdez (“Esteban Valderrama: una reconstrucción histórica”) y David Leyva González (“Menocal, el pintor de antes y después de la guerra”), con apoyatura de mecanuscritos, dibujos, pinturas y fotos.

Esta tercera y última sesión del Coloquio inició con la inauguración de una exposición de 16 carteles martianos titulada De Cara al Sol, del proyecto En todas partes soy, del Instituto Superior de Diseño (ISDI), y concluyó con la presentación del trovador cubano Nelson Valdés.

La convocatoria del Coloquio Internacional “José Martí: Patria, unidad y humanidad”, dirigida a académicos, activistas y líderes sociales, estará disponible pronto en nuestro Portal.

 

© PJM

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“Acción y palabra; ciencia y cultura”: Alejandro Herrera Moreno

La segunda sesión del Coloquio Internacional “De amor y pensamiento: la guerra necesaria”, inició ayer (15 de mayo) con un merecido homenaje al Doctor en Ciencias, el oceanógrafo Alejandro Herrera Moreno, investigador y promotor de la obra de José Martí y fiel colaborador en proyectos del Centro de Estudios Martianos.

Fallecido el 26 de febrero de este año, en Santo Domingo, República Dominicana, Herrera Moreno fungía como vicepresidente de la Fundación Cultural “Enrique Loynaz”, además de ser el director del Departamento de Estudios Martianos de dicha institución.

El doctor en Ciencias David Leyva González se refirió a la última de las colaboraciones de Herrera Moreno con el CEM: la novedosa edición de los cuatro números La Edad de Oro –ahora en formato de libro impreso y favorecido con realidad aumentada mediante códigos QR que remiten a estudios, ilustraciones y videos didácticos–, en cuyo numeroso equipo técnico fue fundamental la competencia del excelente comunicador Alejandro Herrera Moreno. (Un ejemplar de dicha edición fue entregado a la hermana María del Carmen Herrera Moreno por la doctora Marlene Vázquez Pérez, directora del Centro de Estudios Martianos.)

La acción y la palabra; la ciencia y la cultura se interrelacionaban en Herrera Moreno en función de un súper objetivo: la necesidad de enseñar todo lo aprendido, tanto conocimientos de la fauna marina, como de la vida y la obra de José Martí, dijo David.

Su estudio (en coautoría con su hija, Gretel Herrera Durán) de localización y seguimiento en La Edad de Oro de las fuentes primarias de ilustraciones, grabados, traducciones, está disponible en su página WEB y Mediateca, gracias a lo cual, explicó, podemos hoy saber: nombres de los autores de dichas imágenes, conocer cuáles publicaciones las difundieron, en qué sitios de arte se conservan los originales de las piezas y otras informaciones complementarias.

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José Martí, concertando la paz

Los investigadores martianos que participan en el Coloquio Internacional “De amor y pensamiento: la guerra necesaria” (14-16 de mayo), sostienen en sus estudios un enunciado en apariencia discordante: la misión de paz que cumplió José Martí preparando la Guerra del 95.

En su conferencia inaugural “Notas sobre el alcance cultural de la gesta emancipadora”, la doctora Marlene Vázquez Pérez, directora del Centro de Estudios Martianos se refirió a la trascendencia de esa postura martiana en la historia y la cultura cubanas y, a modo de ilustración, exhortó a observar cinco piezas (de 1942) del maestro origenista Roberto Diago Querol, expuestas en la propia Sala Bolívar a propósito de la convocatoria del Coloquio y tituladas: Martí y Máximo Gómez. Desembarco; Martí, Máximo Gómez y Maceo; Martí y Máximo Gómez; Martí en reunión con revolucionarios y Muerte de Martí (todas del fondo del CEM).

La paz fue también el hilo conductor del panel central de homenaje con las conferencias: “El liderazgo de José Martí en la Guerra Necesaria”, del Doctor en Ciencias Pedro Pablo Rodríguez López y “José Martí por el equilibrio del mundo. Claves de una estrategia continental”, del doctor en Ciencias Yoel Cordoví Núñez, Instituto de Historia de Cuba, en tanto el doctor en Ciencias Mijaíl Mondol López (Universidad Nacional de Costa Rica), centró su exposición en la resonancia que tuvo esa obra martiana en su país, gracias al periódico (El Pabellón Cubano) de espíritu similar al de Patria: “El Pabellón Cubano y la presencia de los Clubes del Partido Revolucionario Cubano en Costa Rica (1896-1898): un enfoque socio-discursivo”.

En los apartados “Convocatoria a la unidad en la preparación de la guerra” se escucharon síntesis de: “El ideal de república en el periódico Patria”, de la MSc. Laura Rodríguez de la Cruz (CEM); “Voz patrimonial como valor expresivo de convocatoria en la labor proselitista de José Martí”, de MSc. Gertrudis Ortiz Carrero. Instituto Cubano del Libro y “La guerra no será una guerra de razas”, de la MSc. Carmen Braulia Rodríguez Gancedo, Escuela Ramal del Sector del Transporte (PREGER).

El doctor en Ciencias Mario Alberto Nájera (Universidad de Guadalajara) se refirió al pensamiento crítico de Martí”; la MSc. Irina Pacheco Valera (Opus Habana): “El ideal de paz en la estrategia martiana: Guerra Necesaria e imaginarios sociales del siglo xix”, y Lic. Melanie Lázara Santiesteban Pérez (CEM): “La paz como un fin martiano en la Guerra Necesaria”.

En otro espacio de la Casona del CEM, paralelamente, impartieron conferencias los doctores en Ciencias Rafael Ramírez García (CEM): “Labor del Delegado y el General en Jefe desde el 24 de febrero de 1895 hasta la caída en combate de José Martí”; Edmundo de Jesús de la Torre Blanco (Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona”): “La unidad en el proyecto revolucionario de José Martí”; la especialista Paola Sánchez Valdés (CEM): “Blanche Zacharie de Baralt: una mujer imprescindible”, y MSc. José Ángel Téllez Villalón (Cubarte): “El guerrero cultural José Martí, los afectos en su estrategia discursiva de 1891 a 1895”, así como: el MSc. Yunior Freyre Torres (Asamblea Municipal del Poder Popular de La Habana del Este): “Martí y los pinos nuevos. Educación en valores de los jóvenes desde el pensamiento y la acción de José Martí durante la Guerra Necesaria”; Rolando Felipe Hernández Jaime (Centro de Teatro de La Habana):“Vindicación dramatúrgica de José Martí”, y los MSc. Mercedes Lina Wong Torres, Mercedes de Jesús Suárez y Miraida de la Caridad García Pita (Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona”): “Mirada de José Martí a la Ciencia y la Técnica”.

 

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Rendirán homenaje a Martí en aniversario 130 de su fallecimiento

El acto por el aniversario 130 de la caída en combate del Héroe Nacional de Cuba, José Martí, se realizará el próximo 19 de mayo a las 2:00 p. m. en la Fragua Martiana, de esta capital, como parte de la jornada “De Cara al Sol”.

Yusuam Palacios, presidente de la Sociedad Cultural José Martí en La Habana, dijo en exclusiva a la Agencia Cubana de Noticias que se realizarán otras actividades, como el Coloquio Internacional del Centro de Estudios Martianos, del 14 al 16 del mes en curso, y la entrega de “El Tabaco del Libertador” en el Memorial José Martí el día 15.

En esta ocasión, el Día Internacional de los Museos, que se celebrará el 18 de mayo, estará dedicado a esta jornada, y tendrán lugar también otros espacios para talleres, tertulias y exposiciones en diferentes escuelas y comunidades en transformación, señaló.

Palacios, director del Museo Fragua Martiana, explicó que esta etapa de la jornada finalizará oficialmente el 19 de mayo, y luego se le dará continuidad hasta el 13 de agosto, para conmemorar el aniversario 99 del natalicio del Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz.

El maestro Hugo Oslé, director de la Academia Nacional de Canto Mariana de Gonitch, destacó que esa prestigiosa institución estará presente los días 13 en la Fragua Martiana, 16 en el Memorial José Martí, 17 en la comunidad El Fanguito, y 19 en el municipio mayabequense de Bejucal.

Claudio Aguilera, director del proyecto comunitario Fanguito Mío, precisó que el venidero 17 de mayo acompañarán también a la Academia en las actividades de ese barrio habanero.

La jornada “De Cara al Sol” se inició en enero del 2024 y se extenderá hasta el mismo mes pero del año 2026.

Tres disparos provocaron la caída en combate de José Martí el 19 de mayo de 1895, en Dos Ríos, cuando participaba en la Guerra Necesaria (1895-1898).

La ausencia física de este excepcional hombre no impidió que ascendiera a lo más alto de la admiración de los cubanos y se convirtiera en el principal referente ético y revolucionario de la Patria.

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Sesionará desde hoy Coloquio Internacional en el CEM

El Centro de Estudios Martianos (CEM) abre sus puertas este miércoles 14 (hasta el 16 de mayo) al Coloquio Internacional “De amor y pensamiento: la guerra necesaria”, con presencia de reconocidas personalidades, representantes de Cátedras Martianas, profesores universitarios e investigadores, tanto del país como de México, Costa Rica, y de Argentina (en este caso, virtual).

En los últimos años, los coloquios del CEM se reservan para el mes de mayo, en memoria del fatídico suceso que fue, para nuestra historia, la caída en combate de José Martí.

Los ejes temáticos del Coloquio Internacional “De amor y pensamiento: la guerra necesaria” son: “La diplomacia del Partido Revolucionario Cubano”; “La guerra del 95 en la historiografía cubana y extranjera”; “Tendencias políticas en Cuba y en la emigración ante la guerra”; “La ‘guerra necesaria’, como la llamó Martí en su literatura de campaña: diarios, memorias, epistolarios”; “La gesta del 95 en la prensa de la época (1892-1898)”; “La guerra y el surgimiento del imperialismo. Su presencia en las relaciones internacionales”; “Logística y preparativos para la gesta independentista”; “Política, estrategia y desarrollo de la contienda. El arte militar mambí y el español”; “Mujer, infancia, vida familiar y otros temas de la microhistoria en el marco de la guerra”; “La guerra de Independencia de Cuba en el arte: iconografía, cine, música, literatura y artes visuales”; “La guerra y las sociedades fraternales”; “Filosofía, política, ética en los documentos programáticos del Partido Revolucionario Cubano y durante la contienda”; “La cultura de paz en la concepción martiana de la guerra” y “Documentos inéditos en los fondos de archivos y bibliotecas, en torno a la campaña independentista y los clubes del Partido Revolucionario Cubano”.

Todos los interesados en la obra martiana están invitados a este evento. Programa disponible en:

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Prorrogan entrega de proyectos para Premio de Investigación José Martí

El plazo de la admisión de proyectos a optar por el Premio de Investigación José Martí, que convoca el Centro de Estudios Martianos, ha sido prorrogado hasta el 25 de junio próximo. Los resultados se darán a conocer el 19 de julio (2025).

Esta nueva invitación a ampliar espacios de estudio acerca de la vida, la obra y el pensamiento del Maestro está dirigida a todas las personas del país, interesadas en el tema, sin distinción de edad, profesión o grado académico.

El proyecto a presentar es de contenido libre, ajustado a la estructura: tema, problema, fundamentación, objetivos, hipótesis, viabilidad y diseño de la investigación y bibliografía. La entrega debe acompañarse de una formulación preliminar del futuro libro.

En aras de contribuir al desarrollo y conclusión del proyecto, el ganador recibirá una beca consistente en 10 000 pesos (moneda nacional).

Los trabajos deberán enviarse a vicedireccem@gmail.com o por otras dos vías: correo postal dirigido a Centro de Estudios Martianos, Calzada 807 esquina a calle 4, El Vedado, Ciudad de La Habana, Código Postal 10400, o mediante entrega presencial en dicha dirección.

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Un espacio de referencia internacional para investigadores martianos

En el Coloquio Internacional “De amor y pensamiento: la guerra necesaria”, previsto en el Centro de Estudios Martianos para este mes de mayo (días 14 al 16), se presentarán más de 40 ponencias.

Este año participan estudiosos de México, Costa Rica y de Argentina (en este último caso: virtual) y, por Cuba, además de los investigadores de la institución, expondrán sus trabajos profesores universitarios, representantes de Cátedras Martianas de varias universidades del país y otras reconocidas personalidades.

De la secuencia histórica de estos coloquios internacionales centrados en aspectos de la obra y la vida de Martí comenta al Portal José Martí la doctora en Ciencias Marlene Vázquez Pérez, directora de la entidad y presidenta del Comité Científico del evento: “El coloquio es una práctica coherente con la creación, objetivos y proyecciones del Centro de Estudios Martianos. No lo sé con certeza, pero quizás comenzó a perfilarse a partir del organizado (enero de 1978) en la Universidad de Toulouse-Le Mirail, Francia –en homenaje a los estudiosos martianos Juan Marinello (Cuba) y Noël Salomon (Francia), fallecidos en marzo de 1977–, y donde estuvieron presentes Roberto Fernández Retamar (primer director del CEM), y Cintio Vitier (primer responsable de la edición crítica de las Obras completas de José Martí): dos ilustres fundadores de nuestra institución. Es importante recordar que aquel encuentro tuvo una gran repercusión mundial, y concluyó con el anuncio de la creación en Francia del Centro de Estudios Cubanos, dirigido por los profesores Robert James, Claude Fell y Paul Estrade.

“Posiblemente, y de acuerdo con los documentos que conservamos, el primer coloquio en el CEM se haya organizado en marzo de 1993 bajo el título ‘Martí y la generación del 30’. Ya en octubre de 1994 se convoca otro, cuya temática (‘Martí en los días de la guerra’) se vincula justo al que estaremos desarrollando en los próximos días. Y en julio de 1997, por los veinte años del CEM, el tema fue ‘Cien años de recepción martiana’.

“En 1999 se hicieron tres: uno en mayo, en el Centro de Convenciones Plaza América, Varadero: ‘I Coloquio Internacional José Martí y la cultura iberoamericana’; otro en julio: ‘La Edad de Oro ante el nuevo siglo’ y, en setiembre: ‘Tercer milenio: ¿integración o hegemonía? En los años 2000 continuarían varios al año, no todos con carácter internacional, hasta que (si no recuerdo mal) en 2005 se regulariza como espacio único, y con fecha fija (mayo). Fue el nombrado: ‘Coloquio Internacional José Martí y las letras hispánicas’, cuya primera parte se había realizado en 2001.

“Esa concentración de investigaciones científicas en torno a un aspecto, entre otras cosas, nos permite afianzar la solidez del evento. Desde entonces no ha dejado de convocarse, excepto durante el período de la COVID (2020) cuando fue del todo imposible su realización y se pospuso (para 2021) el tema ‘Estados Unidos en la pupila de José Martí’.

“Como práctica, en la clausura de un evento, ya se convoca el próximo. Se garantiza así promocionarlo con suficiente tiempo y conseguir la máxima calidad en su organización. Los coloquios del CEM gozan de mucha reputación en el ámbito académico internacional, tanto que quizás sea hora de reconocer no solo la presencia de ponentes, sino también de estimular la participación de asistentes, como vía de superación para profesores, investigadores y estudiantes. En diferentes coloquios, cursos y otros eventos, hemos contado en nuestra institución con estudiosos de gran prestigio como: Paul Estrade, Esther Allen, Anne Fountain, Ivan Schulman, José Gomariz, Ottmar Ette, María Luisa Laviana, entre otros muchos martianos del mundo con quienes mantenemos lazos de colaboración. Algunos lamentablemente han fallecido, pero conservamos, ponderamos y se estudian sus aportes científicos.

“Para nosotros mismos, el Coloquio Internacional es uno de nuestros espacios clave en el intercambio profesional, porque nos permite aquilatar con cierta inmediatez la órbita de los estudios que se emprenden dentro y fuera de Cuba acerca de la vida, la obra y el pensamiento de José Martí, razón de ser de nuestra institución”.

Los ejes temáticos del Coloquio Internacional “De amor y pensamiento: la guerra necesaria” son: “La diplomacia del Partido Revolucionario Cubano”; “La guerra del 95 en la historiografía cubana y extranjera”; “Tendencias políticas en Cuba y en la emigración ante la guerra”; “La ‘guerra necesaria’, como la llamó Martí en su literatura de campaña: diarios, memorias, epistolarios”; “La gesta del 95 en la prensa de la época (1892-1898)”; “La guerra y el surgimiento del imperialismo. Su presencia en las relaciones internacionales”; “Logística y preparativos para la gesta independentista”; “Política, estrategia y desarrollo de la contienda. El arte militar mambí y el español”; “Mujer, infancia, vida familiar y otros temas de la microhistoria en el marco de la guerra”; “La guerra de Independencia de Cuba en el arte: iconografía, cine, música, literatura y artes visuales”; “La guerra y las sociedades fraternales”; “Filosofía, política, ética en los documentos programáticos del Partido Revolucionario Cubano y durante la contienda”; “La cultura de paz en la concepción martiana de la guerra” y “Documentos inéditos en los fondos de archivos y bibliotecas, en torno a la campaña independentista y los clubes del Partido Revolucionario Cubano”.

Para quienes deseen asistir a este evento público, el programa está disponible en:

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La dinámica del mundo, desde la mirada martiana

Un análisis académico del panorama político que vive el mundo hoy fue compartido en el Centro de Estudios Martianos, este 24 de abril, por los investigadores que participaron en el panel “Nuestra América en el ojo del águila”: los doctores en Ciencias Marlene Vázquez Pérez, Pedro Pablo Rodríguez López (CEM) y Oriol Marrero (Centro de Investigaciones de Política Internacional).

Moderado por la MSc. Laura Rodríguez de la Cruz, y matizado con valiosas intervenciones de estudiosos presentes en el auditorio, los criterios confluyeron en una verdad irrebatible: “la posibilidad de comprensión de lo que ocurre en nuestros días está en el estudio del pensamiento martiano”, entre otras razones –como expresara Marrero– porque el discurso doctrinal de la actual administración estadounidense no es el fruto de una política improvisada; es un retorno a las estrategias llevadas a cabo por su referente William McKinley a finales del siglo xix, fabricando motivos para la expansión imperial. “Trump ni es ágrafo ni está enfermo, dijo, su única enfermedad es el imperialismo”.

El panel, concebido en memoria del año 130 de la caída en combate del prócer cubano, es parte del programa del Grupo Interdisciplinario de Estudios sobre Estados Unidos. Inició con Marlene Vázquez Pérez, directora de la institución, quien hizo un análisis pormenorizado del texto “Vindicación de Cuba”, partiendo de su génesis: los ataques racistas y xenófobos al ser cubano, por dos órganos de prensa norteamericanos a los que Martí respondió enérgicamente, una práctica, dijo Marlene, “reiterada a lo largo de la historia de la humanidad contra los pueblos considerados inferiores, los de América y del sur, a pesar de que las metrópolis dominantes amasaron sus riquezas justo sobre la sangre de esos menospreciados habitantes”.

Pedro Pablo se refirió al prestigio político que alcanzara Martí en México por su mirada crítica hacia la política que generó el rechazo de toda la sociedad mexicana, sin distinción de clases y credos: el expansionismo norteamericano. En este sentido, recomendó la lectura del texto “México y Norteamérica. Estado de la cuestión”, que publicara Martí en la Revista Universal (14 de abril de 1875), y que los lectores pueden consultar en el tomo 2 de la Edición Crítica de las Obras Completas de José Martí. En su intervención, como ya es habitual, propuso nuevas interrogantes a considerar en futuros estudios del pensamiento martiano.

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