La experiencia del alfabetizador, en recuerdos que 62 años después persisten con nitidez en la memoria del Doctor en Ciencias Históricas, profesor titular y periodista, Pedro Pablo Rodríguez López, captaron la atención de los presentes reunidos en el Centro de Estudios Martianos este jueves 22 de diciembre para rendir homenaje a los educadores cubanos.
Su recuento partió del difícil año 1961 (luego de la Victoria de Girón) en que miles de adolescentes y jóvenes recibieron entrenamiento profesional para involucrarse en la Campaña de Alfabetización, cartilla y manual en mano, hasta conseguir una de las grandes obras sociales que más necesitaba Cuba: que la población aprendiera a leer y a escribir en tiempo récord.
Desde el punto de vista de lo vivencial, para Rodríguez López, jefe del grupo de estudio de la Edición Crítica de las Obras Completas de José Martí, del Centro de Estudios Martianos (CEM), la Campaña de Alfabetización constituyó un toma y daca que fortaleció tanto a alfabetizadores como a alfabetizados por el grado de interacción y convivencia familiar armónica que se logró fomentar, hecho que también trascendió a nivel social para el enriquecimiento de la relación cultural ciudad-campo.
“Por una parte enseñamos a leer y a escribir a los campesinos, estimulamos en ellos el deseo y la necesidad de estar informados y abrirse a otras maneras de ver la vida. Nosotros aprendimos a trabajar para procurar el sustento –en su caso, en cafetales del municipio oriental Guisa–, y en ese proceso fuimos asimilando parte de la sabiduría y costumbres del campesinado”.
Rodríguez López destacó el respeto que les prodigaron esas familias agradecidas a estos adolescentes y jóvenes, el modo en que cuidaron a los miembros de la Brigada “Conrado Benítez” (protección reforzada luego del asesinato al brigadista Manuel Ascunce), el trato respetuoso que prevaleció, a pesar del rango que implicaba el llamarles (y reconocerles) como Maestros. Recordó nombres, locaciones, bromas, anécdotas y hechos que dejaron una huella tan visible para la formación de los alfabetizadores como las ya conocidas y constatables en los alfabetizados.
En su presentación del acto de homenaje a los educadores, Marlene Vázquez Pérez, directora de la institución, se refirió al hecho de que hoy “parezca natural este gran hito de la Revolución todavía no superado. Fue el acontecimiento cultural más importante de la Revolución, pensado y dirigido bajo los preceptos del legado martiano. La etapa de apertura hacia la emancipación mental de los cubanos contra la colonización”.
E hizo un reconocimiento especial al alfabetizador, el ensayista e investigador cubano ya fallecido, Salvador Arias, y a otros alfabetizadores del sistema de instituciones martianas como el historiador Eduardo Torres Cuevas, director de la Oficina del Programa Martiano (OPM) y presidente de la Sociedad Cultural José Martí (SCJM), Héctor Hernández Pardo, subdirector general de la OPM, Dra. Eloísa Carreras Varona, directora del Proyecto Crónicas, Rafael Polanco, Diosmira Vega Reynoso, Francelina Orozco y a quienes respondieron al llamado, pero no pudieron participar por estar involucrados en otras tareas de urgencia como el Sistema Nacional de Becas (Sonia Moro), Limpia del Escambray (Dr. Ibrahim Hidalgo Paz) y Playa Girón (Doctor en Ciencias Históricas Rodolfo Sarracino Magriñat).
El acto concluyó con la visualización del valioso Noticiero ICAIC Latinoamericano no. 82 (fechado el primero de enero de 1962) en el que se documenta con impactantes imágenes el regreso victorioso de los alfabetizadores, la alegría de los alfabetizados y la presencia de los artífices de la campaña de alfabetización: el doctor Armando Hart Dávalos y el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, celebrando junto al pueblo.