La evocación martiana de libertad e independencia tiene hoy la vigencia plena de aquel 24 de febrero de 1895, que marcó la verdadera unidad de los intereses por ver a una Cuba libre del imperio español y del naciente norteamericano.
Fue José Martí el organizador de la Guerra Necesaria hace 123 años, un acontecimiento histórico de singular importancia, porque dio continuidad a la guerra iniciada en octubre de 1868 por Carlos Manuel de Céspedes, como muestra de que Cuba sería por siempre de los cubanos y para los cubanos.
En torno a los acontecimientos del 24 de febrero se unieron varios hechos y razones para el desarrollo de la guerra, como fueron: la tradición revolucionaria de contiendas anteriores y el pensamiento renovador de nuevas generaciones.
La participación de José Martí en el quehacer por el reinicio de la lucha por la independencia en Cuba, lo convirtió en el alma de aquella guerra, a pesar de haber residido la mayor parte de su vida en el exilio.
Él supo conocer el pensamiento e idiosincrasia de los exiliados, que integraban la vanguardia para la gesta, junto a los cubanos dentro de la Isla. Fue un guía, organizador de una contienda militar, un pensador y un sobresaliente estratega.
Con el Grito de Baire el 24 de febrero, tuvieron lugar levantamientos en diferentes lugares. La Revolución de 1895 formó parte de un ciclo latinoamericano, con Alfaro en Ecuador y otros próceres en Colombia y en Costa Rica.
Las previsiones de José Martí eran válidas para Cuba y el resto de América Latina, pues él supo comprender a tiempo el peligro que representaba el gigante del norte para los pueblos del continente.
Cuando ese conflicto parecía destinado al triunfo y todo indicaba que Cuba conseguiría finalmente su separación de España, la intervención de Estados Unidos coartó la victoria.
Más de medio siglo esperaron los cubanos para alcanzar su definitiva independencia, que llegó el 1 de enero de 1959 con el triunfo de los rebeldes bajados de la Sierra Maestra y guiados por el eterno Comandante en Jefe Fidel Castro.