El Aula Magna de la bicentenaria Universidad de La Habana acogió este 16 de septiembre a familiares, docentes, familiares y amigos de un hombre difícil de olvidar, alguien que se distinguió como un devoto amante de la Historia y un mentor que supo ser amigo de sus alumnos, para quienes seguramente será siempre el inolvidable profesor Loyola.
El cinco de septiembre había fallecido el Doctor en Ciencias Históricas Oscar Loyola Vega a causa de un accidente automovilístico, a solo unos pasos de la bicentenaria casa de altos estudios, donde desde hace varios lustros se desempeñaba como Profesor Titular de Historia de Cuba, en la Facultad de Filosofía e Historia.
Desarrollaba además una amplia labor como Presidente de la Comisión de Grados Científicos de Ciencias Sociales y Humanidades en la Universidad de La Habana y Miembro del Consejo Científico del Centro de Estudios Martianos, entre otras responsabilidades.
En el anfiteatro Sanguily de la Facultad de Filosofía e Historia, también se efectuó recientemente un espontáneo homenaje de recordación, organizado por la Federación Estudiantil Universitaria, donde sus alumnos y colegas le dieron un simbólico abrazo de despedida en esa sede, en la que a diario se le veía de un lado a otro, siempre preocupado por todo lo que tuviera que ver con el conocimiento.
En las palabras pronunciadas este 16 de septiembre en el Aula Magna, tras las notas vibrantes de nuestro Himno Nacional, estaba no solo el respeto, la consideración y el afecto, sincero al profesor Oscar Loyola Vega, sino también el compromiso con quien día a día daba sus energías y saberes a las nuevas generaciones, que pronto serían los profesionales formados para beneficio de la sociedad en su conjunto.
Quienes conocieron a este seguidor de la doctrina martiana y los que tuvimos el privilegio de ser sus alumnos, estamos seguros de que también en este caso, como dijera el Apóstol, “la muerte no es verdad, cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”.