Con la participación de diversas personalidades se efectuó en la sede del Centro de Estudios Martianos, en la capital cubana, un homenaje de recordación al destacado poeta y ensayista cubano Cintio Vitier, en ocasión del aniversario 95 de su natalicio, en el que participaron intelectuales que le conocieron y otras personas que estuvieron cerca de él.
Durante el acto, el escritor Enrique Saínz, rememoró la actitud del homenajeado en su juventud, cuando Cuba vivía momentos muy difíciles ‘en los que la injusticia estaba entronizada con su consecuente desprecio hacia los más débiles’.
Sobre la altura de sus textos, el conferencista subrayó que desde el cuaderno de poemas publicado en 1938 ya Vitier era visto como una promesa para la literatura en Cuba y
explicó que el conocimiento de la obra de José Martí fue fundamental para que Vitier pasara a defender los postulados marxistas de la Revolución cubana, sin abandonar su religiosidad.
Junto a otros destacados intelectuales de su tiempo como: su esposa Fina García Marruz, José Lezama Lima, Octavio Smith, fundó en 1944 la revista Orígenes, de profunda raíz católica y que defendía una estética de tipo trascendentalista desde sus páginas.
Para Saínz, la poesía y el cristianismo de Vitier le permitieron comprender y solidarizarse con el prójimo y hoy su ejemplo es útil para ‘todos los jóvenes que quieren adentrarse en lo mejor de la cultura humanista’.
También Adrián Vitier, nieto del autor de “Vísperas”, recordó momentos íntimos de la familia, como cuando ‘hacía chistes con tal ceremoniocidad, que los hacia inolvidables’.
‘La juventud de mi abuelo fue la más larga que he conocido’, dijo y agregó más adelante que: ‘Era estoico y algo mucho más difícil: cristiano’.
La directora del Centro de Estudios Martianos, doctora Ana Sánchez Collazo, aseguró que prefería recordar la agudeza de la mirada de Cintio, la misma que cada tres años llega de manos de decenas de autores a la convocatoria del Premio de la Crítica Martiana, que lleva el nombre del escritor de Testimonios.
Sánchez rememoró las palabras que tantas veces le dijera Vitier: ‘cada quien puede escoger su paradigma, el mío es José Martí’.
Su obra cumbre, el ensayo filosófico y deontológico Ese sol del mundo moral, obtuvo el Premio Juan Rulfo, en el año 2002.
Igualmente tiene en su aval el Premio Nacional de Literatura, otorgado en 1988; el título de Oficial de Artes y Letras, de Francia; la medalla de la Academia de Ciencias de Cuba; el título de Doctor Honoris causa en Letras, de la Universidad de La Habana, que le entregaran en 1995 y la Orden José Martí, que otorga el Consejo de Estado de la República de Cuba.