La ética se ha puesto de moda, todos hablan de ella: los políticos, los economistas, los científicos, los medios de comunicación, pero ¿qué es?: el significado más antiguo de la ética (del griego ethika, de ethos, comportamiento, costumbre), residía en el concepto de la morada o lugar donde se habitaba. El ethos es firme fundamento, es la praxis, significa carácter, algo que se logra mediante el hábito, y los hábitos nacen “por repetición de actos iguales”, en otras palabras, son el principio de los actos y, el repetir actos genera “hábitos” y estos determinan las “actitudes”. El hombre, viviendo, se fue haciendo a sí mismo. El carácter, como personalidad -que es estable y no estática, porque cambia, es obra del hombre-, es su tarea moral (del latín mos, moris, costumbre) que son las reglas o normas por las que se rige el comportamiento o la conducta de un ser humano en relación a la sociedad. Los conceptos y creencias sobre la moral llegan a ser codificados de acuerdo a una cultura, religión, grupo, u otro esquema de ideas, que tienen como función la regulación del comportamiento de los miembros de una determinada comunidad.
Ese sol del mundo moral, de Cintio Vitier se publicó en 1975, en México, y “…el sol de Cintio vino a alumbrarnos en 1996”[i]. Vitier -sin intención de dar lecciones ni de historia, ni de filosofía, pero parado encima de ellas-, esboza una historia de la eticidad cubana, usando como fuentes un quehacer que ha marcado la nacionalidad, la idiosincrasia, sus objetivos de futuro y los grandes pensadores cubanos que contribuyeron, con sus ideas, a ella.
No recuerdo cómo fue que llegó aquel libro a la casa, lo que si evoco es que lo leímos con fruición y que generó más de un debate entre los asiduos amigos que nos visitaban por la época, Santiago Feliú, Gerardo Alfonso, Iván Latour, y otros que no están, quienes guitarra, poemas y algo de beber en la mano, nos reuníamos en las noches y madrugadas habaneras que duraron desde fines de los 70 y hasta mediados de los 80.
Cintio Vitier Bolaños (Cayo Hueso, Florida, Estados Unidos, 25 de septiembre de 1921 – La Habana, Cuba, 1 de octubre de 2009) fue un destacado poeta, narrador, ensayista y crítico cubano, se vinculó a la aventura intelectual que fue la revista Orígenes, una de las más importantes revistas de la historia literaria cubana e hispanoamericana, junto con otros nombres destacados de la literatura cubana, tales como José Lezama Lima, Eliseo Diego, José Rodríguez Feo y Fina García Marrúz (su compañera de toda la vida). Su obra gira hacia el compromiso político y social a partir de los años 60.
Su padre fue el educador Medardo Vitier Guanche[ii]. Cursó estudios en la escuela de Matanzas, “Froebel”, fundada por su padre; y en 1935 se traslada a La Habana, donde prosiguió sus estudios en el colegio “La Luz”, en el que tuvo como condiscípulo a Eliseo Diego. Más tarde cursó estudios superiores en la Universidad de La Habana, época durante la cual editó la revista Clavileño (1942-1943). Se doctoró en Derecho Civil en 1947, aunque nunca ejerció como abogado. Ha colaborado también en otras muchas publicaciones periódicas, como son Espuela de Plata, Poeta, Lunes de Revolución, Casa de las Américas, Unión, entre otras.
Trabajó, entre 1947 y 1961, como profesor de francés en la Escuela Normal para Maestros de La Habana y fue también docente de literatura cubana e hispanoamericana en la Universidad Central de Las Villas. Dirigió varias revistas, entre ellas, la Nueva Revista Cubana, la Revista de la Biblioteca Nacional “José Martí” y el Anuario Martiano.
Recibió numerosos premios, entre los que destacan: el Premio Nacional de Literatura en 1988, el Premio Juan Rulfo, en el año 2002, el título de Oficial de Artes y Letras de Francia, y la medalla de la Academia de Ciencias de Cuba. Presidió el Centro de Estudios Martianos y recibió doctorados honoris causa por parte de la Universidad de La Habana, la Universidad Central de Las Villas y la Universidad Soka de Japón. Su obra poética es vasta e incluye títulos como: Experiencia de la poesía (1944), De mi provincia (1945), Extrañeza de estar (1945), Capricho y homenaje (1947), El hogar y el olvido: 1946-1949 (1949), Sustancia (1950), Conjeturas (1951), Vísperas 1938-1953 (1953), Canto llano 1954-1955 (1956), Escrito y cantado 1954-1959 (1959), Testimonios (1966), La fecha al pie (1981); Nupcias (1993), Un extraño honor.