La literatura cubana en vísperas del inicio de la gesta del 95
Por: Dr. Salvador Arias García

Salvador_AriasEl 31 de agosto de 1878, después  de efectuado  el Pacto del Zanjón, José  Martí regresa  a  Cuba,  en  los  inicios  de  aquella  época  entre  guerras, calificada por él mismo como “años del reposo turbulento”.     Los propósitos en este  regreso  estaban  dirigidos  a  incrementar,  desde  dentro,  el  proceso independentista,  aparentemente  detenido  en  su  desarrollo.     Pero  sus actividades  fueron  muy  variadas,  y el  estudioso  Alberto  Rocasolano  llega  a preguntarse,“¿qué  papel jugó  la intensa  actividad literar ia desarrollada por él casi desde el momento de su llegada?”
En  esto  Martí  cumplía  su  amplio  proyecto,  que  no  se  limitaba  a conseguir  la  independencia  política  de España,  sino  a crear las bases para una  futura nación  digna, en lo cual los aspectos culturales  y, en especial, los literarios,  tenían  una  importancia  cardinal.     De  ahí  su  actitud,  extendida  a muchos  otros escritores cubanos,  quienes  durante  aquella  “tregua  fecunda” utilizaron  los medios literarios como armas de combate.
Martí,  apenas  llegado  a  Cuba,  participa  en  diversas  actividades cultuales, entre las que sobresale su vinculación,  sobre todo, al Liceo Cultural de Guanabacoa,  pero también  al Liceo Artístico y Literario de Regla  y otros círculos más esporádicos.  Allí intervino  activamente en debates acerca de “el idealismo  y el realismo  en  el arte”, “el origen  del hombre”  y otras temáticas aparentemente no políticas.   Lo anterior era una tónica habanera de la época, cuando proliferaban las Tertulias Literarias y Sociedades de Recreo. Además de las ya mencionadas  pueden citarse La Caridad del Cerro, el Ateneo de La Habana  y el Nuevo  Liceo.    En ellas brillaba la oratoria, detrás de la cual casi siempre  había  una  proposición  política.     Como  es  sabido,  en  esto  se destacaron los autonomistas, con Montoro a la cabeza.

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