Fidel, bolivariano y martiano (I)
Por: Ángel Guerra Cabrera

angel_Guerra_CabreraDentro de un mes y unos días Fidel Alejandro Castro Ruz (Birán, Holguín, Cuba, 13 de agosto de 1926) cumplirá 90 años. Imposible en este espacio ni siquiera enumerar la diversidad de disciplinas e importantes epopeyas revolucionarias en que ha descollado. Por eso, aunque lejos de agotar el tema, me centraré en su pensamiento latinoamericanista, su irreductible solidaridad con la liberación de América Latina y el Caribe y con el logro de su unidad e integración.

A los 21 años, Fidel, miembro del Comité Universitario Pro Liberación de Santo Domingo, tomó parte en la frustrada expedición antitrujillista de Cayo Confites (1947). Un año después, en el bogotazo, se puso, arma en mano, al lado de los seguidores de Jorge Eliécer Gaitán. Estaba a la sazón en la capital colombiana entregado a la organización de un congreso estudiantil continental, que se pronunciaría por la independencia de Puerto Rico, la devolución a Panamá por Estados Unidos de la Zona del Canal, la reintegración de Las Malvinas a Argentina y contra las dictaduras militares al sur del Río Bravo, especialmente contra la de Trujillo en República Dominicana.

El joven cubano había ganado el liderazgo del comité organizador de la reunión estudiantil, contrapuesta a la IX Conferencia Panamericana, que crearía la nefasta OEA y adoptaría instrumentos de subordinación al vecino del norte para lo que contaría, entre otras, con la complicidad incondicional de los representantes de los gobiernos dictatoriales que había impuesto en la región.

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