Destacan en Venezuela legado de José Martí

Con la colocación de una ofrenda floral en la Plaza Bolívar prosiguió este jueves la jornada de conmemoración por el aniversario 134 de la llegada a Caracas de José Martí el 21 de enero de 1881.

El director general de la Biblio­teca Nacional de Venezuela, Sady Lo­zada, comentó que el Apóstol fue un joven revolucionario con una gran influencia de las ideas libertarias y emancipadoras del Libertador Si­món Bolívar.

Por su parte, la investigadora ve­nezolana Luisa Rodríguez señaló que para ambos próceres la Patria era la América española y que juntos, a pesar de la diferencia de años, asumieron esta tarea como un ma­nifiesto de vida.

En el acto, el representante na­cional de la Brigada de Ins­tructores de Arte José Martí de la Misión Cul­tura Corazón Adentro, Javier Peña, dijo que la admiración del Héroe Nacional por Bolívar se tradujo en una relación especial que luego fructificaría entre los comandantes Fidel y Chávez.

Esa hermandad proporcionó mi­siones que le han brindado bienestar al pueblo venezolano, agregó Peña en el acto, al cual asistió también el embajador cubano en Ve­nezuela, Rogelio Polanco.

Durante su estancia de seis meses en Caracas, Martí colaboró con el periódico La Opinión Na­cional y también fundó la Revista Vene­zo­lana, publicación que, según los críticos, marcó el inicio del movimiento literario modernista.

En agosto de 1881, el Apóstol tie­ne que salir de Venezuela porque se niega a alabar en sus escritos al en­tonces presidente de esa nación An­tonio Guzmán Blanco.

El hecho pone de relieve el pensamiento que ya se va fraguando en el joven periodista. Así, en su carta de despedida a Fausto Teo­doro de Al­drey, director de La Opi­nión Na­cio­nal de Caracas, escribe: “Los ideales enérgicos y las consagraciones fervientes no se merman en un ánimo sincero por las contrariedades de la vida. De América soy hijo: a ella me debo. Y de la Amé­rica, a cuya revelación, sacudimiento y fundación ur­gente me con­sagro, esta es la cuna; ni hay para labios dul­ces, copa amarga; ni el áspid muerde en pe­chos varoniles; ni de su cuna reniegan hijos fieles.

Deme Venezuela en qué servirla: ella tiene en mí un hijo”.

Fuente: http://dcuba.net