Lúcidos mensajes de paz fueron compartidos (martes 28 de enero) durante la inauguración de la VI Conferencia Internacional Por el equilibrio del mundo en el Palacio de Convenciones de La Habana, ante delegados de 98 países de todos los continentes.
El primero, enviado por el Papa Francisco y leído por monseñor Antoine Camilleri, nuncio apostólico de la Santa Sede en Cuba, constituye en líneas fundamentales un llamado de tolerancia, concordia y confraternidad entre todos los seres humanos: impulsados por la fe, trabajar con denuedo; hacer que la esperanza se convierta en paz para poder construir una civilización de amor que abra los caminos del equilibrio.
Ese pensamiento ecuménico prevaleció en otros mensajes de apoyo y reconocimiento a la labor que realiza el Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional, junto a la tenaz petición del cese del bloqueo que el gobierno estadounidense impuso sobre la Isla en 1959 y continúa recrudeciendo cada vez más. Esencialmente fueron esos los temas expuestos por representantes de: Iglesia Ortodoxa Griega; Parlamento de la República Democrática Popular de Laos; Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura; Isla de Granada; Fundación Ocho Metatas, de la India; Cuba-Cooperación de Francia; Federación de Rusia; República Cooperativa de Guyana; República Bolivariana de Venezuela; Universidad Eotvos Lorand, de Hungría; Soka Gakkai, de Japón; Partido de los Trabajadores de Bélgica y país de Ruanda.
El mensaje de la Organización italiana Semilla de Paz, leído por su presidente Luca Biondi, estuvo acompañado por la entrega a Eduardo Torres Cuevas, de un símbolo del cultivo de la armonía en el planeta tierra: un frasco de vidrio con una muestra de la primera producción de aceite vegetal de los olivos más jóvenes del Jardín Martiano de la Ciudadela, ubicada en Tarquinia, antigua ciudad de raíces etruscas que es hoy la sede de esa organización.
Otro importante suceso del cónclave fue el Premio Internacional “José Martí” de la UNESCO, entregado por la Dra. Anne Lemaistre, directora de la Oficina Regional de esa organización en La Habana, a la colombiana Licceth Quiñones Sánchez, directora de ASOPARUPA, Asociación de Parteras Unidas del Pacífico (y partera tradicional ella misma), por el modo en que han logrado conservar los saberes ancestrales para bienestar de las comunidades de la región.
El cierre de la sesión inaugural estuvo a cargo del teólogo brasileño Frei Betto con su conferencia magistral “La justicia como camino para la paz y el equilibrio del mundo”, un panorama actualizado de las más recientes imposiciones internacionales, las que, dijo, eufemísticamente suelen esos mismos gobernantes llamar “relaciones internacionales”. El centro del discurso de Betto podría resumirse en una idea crucial de acción: no permitir que el facismo sea el final de nuestra historia. La herramientas de justicia deben ser conquistadas por los pueblos del mundo. Debemos recuperar los gobiernos al servicio del pueblo, buscar la unidad, la cooperación, hacer de nuestra práctica el criterio de la verdad.
El evento estuvo presidido por Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidente de la República de Cuba; Esteban Lazo Hernández, presidente del Parlamento; Manuel Marrero Cruz, primer ministro; Roberto Morales Ojeda, secretario de organización del Comité Central del Partido Comunista de Cuba; Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores; Alpido Alonso, ministro de Cultura; Eduardo Torres-Cuevas, director de la Oficina del Programa Martiano y miembro del Consejo Mundial del Proyecto José Martí de Solidaridad Internacional; Héctor Hernández Pardo, coordinador de dicha organización, así como por otras personalidades de organismos internacionales vinculados al Proyecto.
La jornada de este primer día del megaevento internacional cerró con una velada artística organizada por el Ministerio de Cultura, en celebración del aniversario 172 del nacimiento de José Martí, al pie de su monumento en la Plaza de la Revolución.
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