Apuntes de una mirada reflexiva: acercamiento a Versos libres
Por: Caridad Atencio

Cierto crítico de mi generación refería que los Versos libres de José Martí no tendrían centenario, ni enmarcaciones de fecha cerrada, dada su condición de libro no publicado por el autor, y mucho menos concertadas jornadas para homenajearle bajo la égida de instituciones que se encargarían de ello; lo cual resulta cierto, pero en verdad, no le hace falta. Despojado de génesis exactas, de las perfecciones que supone una edición facsimilar y de los festivales académicos marcados, donde investigadores y profesores aprovechan para dar a conocer el artículo o el ensayo hace tiempo escrito y sin lugar viable para su difusión, el poemario martiano convoca con emoción y sello de gran literatura las ansias eruditas de los más variados estudiosos: investigadores, ensayistas, críticos, periodistas, escritores, profesores, estudiantes y a ciertos intelectuales más cercanos a la enunciación teórica de la literatura que a tejidos ensayísticos comunes en la norma .
Las lecturas metaliterarias e incluso literarias del libro póstumo reconocen, en su totalidad, la excelencia y suficiencia crítico-poética del prólogo, así como la presencia en el poemario de lo romántico en estructuras y esencias poéticas inusuales. Priman en la mayoría de los estudios aquí comentados el desentrañamiento de las diferencias esenciales entre Versos libres y Versos sencillos, más allá de la expresa voluntad del autor de someterlos a formas y caminos distintos, y la asunción de pluralidad de senderos, que amén de servir de precedente al nacimiento del conocimiento nuevo, prueban la cualidad de alta literatura del poemario, al tiempo que el tránsito inconsciente de los mismos terrenos, fijando arquetipos de relevancia y curiosamente también manifestaciones nuevas de acceso.
En los acercamientos al lenguaje de Versos libres predomina el desentrañamiento de lo excelso, de poda momentánea o mágica que deje penetrar; pero al regreso, de nuevo el tramo zanjado vuelve a poblarse, como un bosque, provocando tejidos críticos también encrespados y multifacéticos. Es más profundo el arrobamiento de los autores ante el poemario que el grado de desconfianza por una obra trunca.
Una gran parte de los estudiosos coinciden en afirmar la mayor trascendencia de la poética de Versos libres en los marcos del Modernismo hispanoamericano con respecto al resto de las obras de los poetas pertenecientes a este movimiento, así como en reconocer el lugar descollante del libro dentro de la historia de la poesía latinoamericana y sus maneras inusuales de asumir tradición y ruptura. En este caso su poesía proyecta una doble luz, hacia delante y hacia atrás, estableciendo diálogos con la lírica anterior y anticipaciones del tono de las vanguardias.
La conciencia de lo inabarcable del objeto que se profundiza la reconocen los críticos que se han acercado al poemario. En ocasiones lo experimentan en sí, o lo reconocen abiertamente de sus colegas. Si en los acercamientos a Versos sencillos prima la concentración acendrada en los paisajes propios del cuaderno y su prístina reflexión, en los dedicados a Versos libres prevalecen los ingentes ejercicios receptivos que, dada la inconmensurabilidad del mismo, dan cabida a afanes citativos del resto de los estudiosos, cual si el libro fuera un gran castillo que para ser penetrado requiriese de un gran ejército.
La gran mayoría de los estudiosos hacen referencia a la metatextualidad expresa de Versos libres. Si en nuestro análisis de los acercamientos dedicados a Versos sencillos afirmábamos la condición poético–metatextual de tales estudios, aquí es el poemario objeto de nuestra atención el que la atesora, cumpliéndose así una rara dialéctica que coloca a la poesía como espacio de irradiación concéntrica. Entre el lector (digamos que erudito o simple amante de la poesía) y el libro opera un enfrentamiento desnudo que trasvasa época, moldes, para quedar el contacto humano–estético trascendente. A lastimarse y resarcirse llagado, llega y aspira el lector de este libro. No así el de Versos sencillos, inmerso en una cosmovisión que le sitúa, le integra y le salva.