Textos Martianos Sobre Festejos Guatemaltecos

Miles de guatemaltecos veneraron a la Virgen de la Asunción, patrona de la ciudad capital de Guatemala, a quien se le dedicó una serenata, una misa y un desfile por las calles del lugar, a donde acudieron cientos de feligreses de la Catedral Metropolitana, ubicada en los alrededores de la Plaza de la Constitución, para agradecer a esa deidad, cuya imagen coronó hace 12 años el fallecido papa Juan Pablo II.

Durante su estancia en Guatemala, en el siglo Diecinueve, el Héroe Nacional cubano José Martí (1853-1895), fue testigo de la feria de Jocotenengo, según relató en el ensayo titulado Guatemala, que publicó acerca de sus vivencias en ese país en 1877.

El prócer habanero describió un «valle tapizado de carruajes, con su feria de ganado, donde el caballo chiapaneco piafa, el novillo hondureño corre, el cerdo imbécil gruñe, baila la linda oveja«. También se refirió a la vida de algunos vecinos, que alquilaban sus casas por aquellas fechas y narró cómo «apuestos galanes y ricas damas comen el pepián (caldo) suculento, el ecléctico fiambre (ensalada de carnes, embutidos, verduras y quesos)«.

El quince de agosto, se cumplieron 238 años deveneración a la Virgen de la Asunción, cuya efigie fue cargada en andas por decenas de feligreses, que caminaron por varias avenidas del Centro Histórico de Guatemala, donde se destacó la popular Feria de Jocotenango, que tiempo atrás era un pequeño pueblo vecino de Antigua Guatemala, localizada a 45 kilómetros al suroeste de la capital.

Estos festejos en honor a la Virgen de la Asunción, se mantienen desde la fundación de esta urbe, en enero de 1776, tres años después de que un terremoto intentara borrar del mapa a Santiago de los Caballeros, conocida en la actualidad como Antigua Guatemala.

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