Entre la densa serie de crónicas que durante casi tres lustros enviara José Martí desde Nueva York para los diarios sudamericanos, emerge una galería formidable de semblanzas o retratos biográficos de grandes hombres. Eran estos puntos de mira esenciales del cubano, en su afán por examinar a los Estados Unidos como nación y entender su dinámica interna. Como él mismo dijera, “Para conocer a un pueblo se le ha de estudiar en todos sus aspectos y expresiones: ¡en sus elementos, en sus tendencias, en sus apóstoles, en sus poetas, y en sus bandidos!”1
Los generales que tuvieron un desempeño destacado durante la Guerra Civil estadounidense ocupan un lugar importante en esos estudios biográficos. El más sobresaliente de todos ellos es, sin duda, “El general Grant”, dedicado al militar y presidente de los Estados Unidos, con motivo de su muerte, y aparecido en La Nación, de Buenos Aires, el 27 de septiembre de 1885.
Muy revelador es también el consagrado a Philip H. Sheridan, publicado en ese propio diario en 1888. En él revela Martí su admiración hacia este hombre, que llegó, de humilde vendedor cuando muchacho, a deslumbrante general durante la Guerra. Demostró una inteligencia, brillantez como estratega y valentía poco comunes, que le merecieron la admiración y el respeto de sus contemporáneos y ayudaron decisivamente a conseguir la victoria de la Unión. Su semblanza demuestra, además su fibra sensible como ser humano y las dotes narrativas de Martí en su faceta de biógrafo:
Ha muerto Sheridan. La cabeza redonda, pelada al rape, pesa sobre el cojín, como una bala de cañón: la mujer, de rodillas, lo ase en vano del hombro, que ya no cargará más que una vez, en la ceremonia funeral, la hombrera de oro: allá, dentro del pecho gigantesco, las válvulas de la aorta y de la arteria pulmonar barbullen, como el vapor que busca puerta, y al fin callan; la esposa rueda sin sentido a los pies de la cama en que acaba de morir el que a los quince años ganaba dos pesos al mes midiendo cintas en la tienda de su pueblo y a los treinta y tres era general de caballería a la derecha de Grant, azote del ejército épico del Sur.