El legado de Martí
Por: Andrés Suárez Hernández

Según palabras de Federico Engels “la historia se desarrolla hasta nuestros días como un proceso de la naturaleza… los hombres hacen su propia historia” y José martí tiene por derecho propio su historia escrita con hidalguía , tenacidad, valentía, desprendimiento y un legado para las actuales y futuras generaciones, han pasado más de 120 años de su caída en combate (19/5/1895), pero continua iluminando los caminos y guiando los destinos de un pueblo que lo recuerda y lo reconoce como uno de los más altos exponentes de la ética, la honestidad, la caballerosidad y el respeto a los demás.

El estudio y conocimiento de la obra de José Martí por parte de todos los cubanos se presenta como una necesidad vital en la hora actual que vive Cuba. Su vida y su obra es ejemplo de revolucionario. Martí fue un hombre práctico, ejemplo y líder político; creador, poeta, periodista, escritor, maestro, pero ante todo fue un revolucionario que actuó de acuerdo con los desafíos y urgencia de su tiempo. La eticidad de su obra, su prédica, su aliento, su creatividad y su espíritu estuvieron consagrados a la total libertad para Cuba y para toda américa. Cuando se produce la caída heroica de José Martí, el poeta Rubén Dario exclamó: ¡maestro que has hecho!¨. No le fue posible descubrir que detrás del exquisito dominio que Martí tenía en literatura y en el fondo de su magisterio, formuló con tal fuerza y belleza literaria su ideario político que no pudo Rubén Dario, encontrar tras los versos o la prosa martiana al organizador de la guerra de independencia de Cuba, al fundador del Partido Revolucionario Cubano (PRC), al más importante precursor de la lucha antimperialista de América, al más notable ideólogo político y social que ha dado este continente y que con Simón Bolívar, figura en la cúspide gloriosa de la Patria Latinoamericana. Si el gran poeta lo hubiese encontrado, no se habría asombrado ni habría reproche alguno ante lo sucedido en dos Ríos aquel 19 de mayo de 1895.

En su memorable carta a Manuel Mercado, escrita el 18 de mayo 1895 en Dos Ríos, expresa: “… ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber- puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlos- de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso”. Martí ve en el imperialismo el peligro mayor para nuestra américa y particularmente para Cuba y lucha activamente contra él, poniendo en guardia a los demás pueblos latinoamericanos. Martí pudo adelantarse a los acontecimientos históricos y políticos de su época y predecir con certeza el curso de los acontecimientos que tienen lugar en los inicios de este siglo XXI.

Cuba no cejó en el empeño de la independencia y después de un largo y complejo proceso logró en 1959 cumplir los sueños del apóstol: la total independencia del dominio colonial y norteamericano y construye una sociedad Socialista y justa, donde el hombre ha sido dignificado y con sus esfuerzos construye una sociedad con todos y para el bien de todos.

Las ideas del maestro se concretan en la preparación del hombre para la vida, como un ciudadano justo, trabajador, fiel a su patria, que también es el modo de ser fiel a la cultura y a su historia. En tal sentido, la preparación del hombre para la vida exige de integridad: la educación de la escuela, la familia y la comunidad contribuye de ese modo a enriquecer y desarrollar la cultura general e integral que todos deben poseer.

José Martí fue capaz de ver y alertar lo que era el imperialismo yanqui, hasta donde podían ser capaces los gobernantes de los Estados Unidos de América; hoy estamos observando cómo ese imperio pretende retomar el dominio total del mundo, no pierde tiempo para diseñar y poner en práctica su estrategia hacia América Latina , para lograr sus objetivos, pone en práctica sus métodos de penetración económica y política, ayuda a las fuerzas de oposición para revertir los movimientos democráticos y poner en su lugar gobiernos corruptos y neoliberales.

Pura vigencia tiene hoy su pensamiento y proyección latinoamericanista. A su pensamiento y a consolidar su obra dedicaremos las fuerzas políticas, éticas y morales de la Revolución cubana, para homenajear al maestro en un aniversario más de su caída en combate.

La vida de José Martí es un eterno amor por la patria en su poema Abdala expresa:

El amor; madre, a la patria,
No es el amor ridículo a la tierra,
Ni a la yerba que pisan nuestras plantas,
Es el odio invencible a quien la oprime,
Es el rencor eterno a quien la ataca;
Y tal amor despierta en nuestro pecho
El mundo de recuerdos que nos llama
A la vida otra vez, cuando la sangre
Herida brota con angustia el alma:
La imagen del amor que nos consuela
Y las memorias placidas que guarda.

La patria es para Martí algo sustancial, significativo, presente en su memoria, repudia la agresión, la injusticia, a los que la atacan, a los que la oprimen.

En los versos que cierran el drama, expresa su intuición y deja constancia con su caída en dos Ríos, su concepto del tránsito de liberación cuando se ha cumplido bien, la obra de la vida, adquieren un carácter profético:

¨Silencio!… Quiero oír…oh! Me parece
Que la enemiga hueste, derrotada,
Huye por la llanura…Oíd!…silencio!
Ya los miro correr… A los cobardes
Los valientes guerreros se avanzan…
Nubia venció! Muero feliz: la muerte
Poco me importa, pues logré salvarla…
Oh, que dulce es morir cuando se muere
Luchando audaz por defender la patria!

Su vida está marcada por su amor infinito a la patria, al rechazo a quien la oprime y el desdén por quienes la atacan, la lucidez de su pensamiento, la eticidad de su vida, el ideario de su legado político y pedagógico, son momentos de gran significación para los que desean seguir su obra y actuar como él actuó.