Aun en los momentos actuales, cuando pareciera que las bibliotecas y archivos, como lugares físicos, dejan de tener protagonismo en una sociedad que cada vez digitaliza y virtualiza más sus interacciones, estas instituciones resultan esenciales para la generación y transmisión de conocimientos. Espacios donde se salvaguarda la memoria de nuestra civilización y la obra de nuestros más preclaros pensadores.
Este es el caso de la biblioteca del Centro de Estudios Martianos que hoy conserva, preserva y disponibliza el resultado del trabajo de muchos intelectuales para lograr que la enjundiosa obra de José Martí pueda servir de guía en nuestros días.
Quizás el primero de aquellos que dedicó su vida a promover el pensamiento martiano fue Gonzalo de Quesada, el “querido discípulo” de Martí, quien falleció preparando el volumen 15 de las obras del Maestro. Él solo deja escrito el prólogo, pero su familia, en particular su viuda (Angelina Miranda) e hijo (Gonzalo de Quesada Miranda) continúan su labor. Sobre todo el trabajo de su hijo permitió el incremento de los volúmenes que hoy se pueden consultar. Así, sobre otros continúo recayendo el “servicio glorioso” de eternizar las palabras del Apóstol: Juan Marinello, Cintio Vitier, Fina García Marruz, Armando Hart, y otros valiosos intelectuales que se suman y sumarán…
Muchos años después el Centro de Estudios Martianos asumió la Edición Crítica de las Obras Completas de José Martí y en la actualidad esta obra reúne ya 29 tomos y está previsto llegar a 40. En ellos los especialistas además de confrontar los textos con los originales, complementan la información a través de notas, índices de nombres y geográficos, etc. Esto permite al lector una mejor comprensión del texto martiano a través de una más amplia visión del contexto en que fue escrito, ya que una edición crítica como expresó Juan Marinello, es el reflejo del hombre y su tiempo.
El fondo que atesora la Biblioteca Especializada del Centro de Estudios Martianos, inscrito desde 2005 en el Registro de la Memoria del Mundo de la UNESCO, es hoy uno de los principales reservorios en el mundo de los documentos martianos. Fotocopias de los manuscritos originales de José Martí, carteles y afiches, sellos y marcas, monedas, vitofilia, mapas y planos, microformas, exlibris; una gran cantidad de soportes para un acercamiento cabal a esa figura que como confirmó el escritor cubano José Lezama Lima, es ese misterio que nos acompaña.