MANUEL DEL SOCORRO RODRÍGUEZ
Reunió cuantas obras pudo sobre la Historia de Nueva Granada, y toda cosa que en la tierra hubiera escrito sobre ella; mas poco a poco fueron desapareciendo, sacadas hoy por una. mañana por otra mano, en 40 años en que, s/ Vergara, vivió poco atendida la Biblioteca.¬Perdiéronse así muchas.
Hizo una defensa del «Poema Heroico de San Ignacio de Loyola»¬de Hernando Domínguez de Camargo, quien, por la estimación en que de lejos y por extraños se le tenía, debió de haber gozado gran fama y merecerla.
Mutis fue a N. Granada con Messía de la Cerda, en 1760.
Las verdades han de ser estimadas en sí, y en relación a los lugares en que han de ser publicadas. ¡Qué espanto no causó en N. G., a fines del siglo 18, que Mutis defendiera que la tierra giraba alrededor del Sol! Así se explican los ladridos que por ciertas tierras salen al paso de los viajeros que llevan consigo una idea nueva.
Cuando los jesuitas fueron expulsados, se ocuparon las librerias de los Colegios de Tunja, Bogotá, Honda, Pamplona.
En 9 de enero de 1777, se abrieron solemnemente al público, 4 años de decretada, las puertas de La Real Biblioteca.
Entre libros muy ricos de Teología y clásicos literarios, había ediciones muy curiosas, como:
Fratr. Joan. Valensis ordinis fratrum minorum. De regiminae vitae humanae. Impress. Venetiis, Anno Dmi M.D.CCCC(?) XCVI 1 Vol. en 4ª Edición gótica.
Summaque deatructionem vitiorum apellatur. Auctore: Antonio Ko¬berger. Nuremberg. 1496. 1 vol. folio menor.
13,800 libros había allí.
Entre los manuscritos, el Viaje de Almeta del P. Ribero.
Tal vez ¿esa mayor solidez y precisión científica que se notan en los ingenios y en el lenguaje colombianos, vienen de la Expedición de Botánica, creada, a solicitud de Mutis, apoyada por el obispo Góngora, por Real Cédula de Carlos IV, en lp de Noviembre de 1783, y por el carácter de investigación que el genio y enseñanza de los neófitos dio a los talentos nacientes, que en él veían toda ciencia, y le imitaban? Dio clases, Mutis, de Matemáticas y Astronomía.
Vergara dice:
«El Messía de la Cerda había traído a Mutis. Ezpeleta trajo al literato que más debe admirar la posteridad granadina, y cuya memoria debe ser eterna, como la de ningún cetro, en esta nación: hablamos del insigne D. Manuel del Socorro Rodríguez.»
Era este prócer de n/ periodismo natl. de la villa de Vallamo o Bayamo, en la I. de C., de profn. carpintero, v mantenía con este trabajo manual su familia; compuesta de dos hermanas, y estudiaba al mismo tpo. humanidades. Presentóse solicitando que se le examinara en ellas: la novedad de la solicitud hizo q. fuera aceptada, y en el examen se le señaló tesis para un sermón, que improvisó, granjeándose muchos aplau¬sos. No sabemos con que motivo se relacionó con el Sr. Ezpeleta: ello es que al separarse éste del Gbno. de esa Isla, trajo a Rodríguez, y llegaron juntos a esta capital. Ezpeleta lo nombró al punto Bibliotecario con un sueldo de 280 $ anuales. Rodríguez ocupó desde entonces hta. su muerte un cuarto en el mismo edificio: satisfecha y colmada su honrada ambición, aceptó de lleno su misión, y no la desmintió nunca. Dedicóse a hacer literatura en la Nueva Granada, fomentando a muchos jóvenes, y pa. dar solidez a sus trabajos, aliento a los ensayos, y publicidad y decoro a la literatura patria, se dirigió a la imprenta.