La dirección de patrimonio cultural de la Universidad de La Habana (UH) que dirige la máster Claudia Felipe Torres, desde hace cinco años tiene entre sus objetivos inventariar el patrimonio que custodia la Universidad, acción que permite crear una plataforma eficiente para la conservación patrimonial, saber lo que se tiene, en qué condiciones está, su ubicación exacta, principales características y sobre esa base establecer diversas pautas de trabajo.
El de la Universidad de La Habana está integrado por todos los tipos de patrimonio – dijo la directiva-, desde el arquitectónico, urbano, bibliográfico, artístico y científico-tecnológico. Añadió que ese centro de altos estudios cuenta con algunos de los grados de protección más amplios que confiere el país, como es la colina universitaria, calificada como Monumento Nacional desde 1978. “Cualquier cubano, sobre todo habanero, siente el lugar como suyo por su historia, valores arquitectónicos y artísticos”.
La Fragua Martiana, enclave donde el adolescente José Martí realizó trabajos forzados mientras guardaba injusta prisión y la casa donde viviera el etnólogo y sabio cubano Don Fernando Ortiz, pertenecen a la Universidad y ambos son monumentos nacionales, la primera por su relación con el etnólogo y sabio cubano Don Fernando Ortiz, y la segunda por su vinculación con la etapa de adolescente del héroe nacional José Martí y la colección que custodia”.
Otro aspecto de relevancia son los museos que guarda la Universidad como el de historia natural Felipe Poey, el antropológico Montanés, los más antiguos de Cuba y muestran, además, una extraordinaria colección de arqueología clásica, entre ellos, la biblioteca central y los archivos donde hay documentos testimoniales no sólo de la universidad, sino de la nación.
Por esas razones, la Universidad es privilegiada en términos de su acervo patrimonial en todas sus dimensiones y expresiones y se considera además como un resultado entrañable la publicación éste año del libro catálogo El Patrimonio Cultural de la Universidad de La Habana, que cuenta con una apoyatura visual muy amplia y se concibió en conjunto con editorial de la Universidad de La Habana que compendia las dimensiones del patrimonio material de la Universidad, los documentos, arquitectura, la tecnología y las artes.
La joven especialista consideró que en un lustro de trabajo crearon un sistema automatizado que permite a la comunidad universitaria consultar y saber cuáles son los bienes culturales declarados patrimonio que se cuentan por cientos inscritos en el registro nacional de bienes culturales.
Señaló que constituye un logro la realización también este año de alianzas internacionales, entre ellas, el Primer Seminario Internacional de Patrimonio Cultural Universitario, al que asistieron delegados de gran parte de las universidades del país y de diez naciones, que se ocupan del patrimonio universitario y nos incorporamos a Rutas y Andares, el proyecto de la Oficina del historiador de la Ciudad; realizamos investigaciones que se ocupan de zonas frágiles del patrimonio de la universidad como son las artes decorativas, la escultura conmemorativa y las publicaciones..
Claudia Felipe Torres afirmó también que el patrimonio cultural de la Casa de Altos Estudios es uno de los más diversos con los que cuenta el país en términos de amplitud, vastedad y diversidad.