Eva transmutada en sus herederas: la representación de la figura femenina en la obra literaria de José Martí

Casi todos tenemos la certeza de que José Martí es en sí un universo; su personalidad y obra literaria han favorecido estudios sobre gran variedad de asuntos, los cuales no parecen agotarse. En la actualidad, desde hace ya décadas, cierto aspecto va ganando cada vez mayor interés: la representación de la figura femenina en el discurso de sus piezas.

Realizar un análisis serio de dicha representación a lo largo de toda la creación martiana, en pocas páginas, es una tarea, más que compleja, imposible. Por tanto, estimo conveniente seleccionar un texto eje sobre el cual giren otros textos, de forma tal que, entre todos, se complementen y logren acercarnos a algunas conclusiones justas.

Decidí que el eje podrían ser los cuarenta y seis poemas que componen el conjunto denominado Versos Sencillos, de 1891. Es rico, completo y, además, surge en un momento de madurez para su autor; engloba prácticamente quizás todas las representaciones de mujer que este pudo haber construido durante su paso por la Tierra.

Quizás debamos separar a los personajes femeninos en dos grupos fundamentales: la mujer familiar, progenitora, protectora, alma pura; por otro lado, la mujer pasional, amante, rebelde e, incluso, traidora. Estos son, en esencia, los “arquetipos” a los que se refiere la investigadora Mayra Beatriz Martínez en su libro Martí, eros y mujer (revisitando el canon) (2008). Tenemos dos constantes: la “mujer ángel” y la “mujer impura”. Se inmiscuye en ambos bandos la Eva bíblica, pionera que es, a la vez, madre de la humanidad y culpable del pecado original.

“Martí exhorta a la jovencísima María Mantilla a labrarse su propio camino como individuo libre e independiente”. Imágenes: Tomadas de Internet

Clara representación de la mujer angelical martiana es María García Granados, la niña de Guatemala, esa que todos identificamos hoy como “la que murió de amor”. La causa poética de la muerte es prueba de la sensibilidad de esta joven, quien se ahogó en el río, cual la Ofelia de Hamlet, sumida en la más profunda agonía, cuya razón fue, según asegura el sujeto lírico y contrario al parte médico, una decepción romántica. Siguiendo la misma línea, en el poema XXI, el sujeto lírico cuenta que asiste a lo que parece ser una exposición de arte, donde queda maravillado por una figura femenina, plasmada sobre el lienzo. Ella lleva a sus pies al esposo rendido y en el seno a un niño desnudo; cumple con los dos roles establecidos para la mujer del hogar. La imagen creada se asemeja a La piedad.

La propia progenitora del sujeto lírico es esa especie de madre coraje, protectora y abnegada. En el poema XXVII, va en busca de su hijo en medio del caos y la conmoción. El acontecimiento hace referencia a los sucesos del Teatro Villanueva, cuando el Cuerpo de Voluntarios, fuerza militar al servicio del gobierno español, interrumpió los aplausos de una obra al final de la cual se exclamó “Viva Cuba Libre”. Leonor Pérez decidió salir en busca de José Julián para alejarlo del peligro.

“El papel de la mujer hogareña no se reduce siempre a una posición sumisa, pasiva e indefensa”.

El papel de la mujer hogareña no se reduce siempre a una posición sumisa, pasiva e indefensa. A semejanza de Mariana Grajales, progenitora de los Maceo, Leonor representa un tipo de heroína que, sin embargo, nunca llegará a equipararse a ninguna figura heroica tradicional. El deber de la mujer héroe es vivir exclusivamente para los otros, pues, según Martí, como hombre decimonónico que fue, las leyes de la naturaleza resultan inalterables y está en la propia biología femenina la cualidad de poseer una vocación por el cuidado ajeno más desarrollada que la de cualquier persona de sexo masculino.

Si bien en las páginas del periódico Patria se hallan menciones al papel activo que podría llegar a desempeñar la mujer dentro del proyecto de liberación nacional, su rol parece inferior al del verdadero protagonista: el individuo hecho para la vida pública. Ella, aunque participe, no podrá abandonar el hogar y la familia; sin embargo, Él, en caso de ser necesario, deberá hacerlo por un bien mayor: el reclamo de la propia Patria, madre suprema. Tan solo recordemos aquella escena de Abdala.

“A semejanza de Mariana Grajales (…) Leonor representa un tipo de heroína que, sin embargo, nunca llegará a equipararse a ninguna figura heroica tradicional”.

La mujer pasional es portadora de un amor distinto. Representa el deseo, el juego de la seducción como ritual cíclico. Buena parte de su atractivo reside en el carácter secreto y prohibido de la relación que se establece con esta, más allá de las normas, con cierto aire de pecado. Pero en el poema XLI de los Versos Sencillos, Blanca y Rosa pasan a un segundo plano, pues el sujeto solo puede pensar en el pobre artillero, o en su padre, soldado y obrero. Los nombres de Blanca y Rosa quizás estén ahí para representar los dos tipos de mujer de los que venimos hablando: blanco para la madre, esposa o hermana pura y buena; rojo para la amante pasional y rebelde. No quiere decir esto que el sujeto lírico desdeñe todos los afectos, sino que se siente comprometido con lo que supone una misión trascendental, responsabilidad que se le ha otorgado por ser un hombre capaz de identificar las injusticias y actuar en consecuencia, mediante el sacrificio.

La bailarina española aparece en el reconocidísimo poema X, el cual narra la experiencia de quien disfruta de un espectáculo nocturno de flamenco; se trata, en realidad, del que presentó Carolina Otero en un teatro de Nueva York, al cual Martí tuvo el gusto de asistir. Sin olvidar nunca la firmeza de sus ideales, pues se alegra de que hayan decidido quitar la bandera española ─por lo que su conciencia lo deja entrar al teatro─, el baile es un momento de distracción absoluta, de disfrute de los movimientos que realiza la artista, esa que, además, se ajusta a un concepto de belleza específico: de piel pálida, mirada de mora y labios rojos. Por su talento y hermosura, se le compara con una deidad, muy alejada de lo terrenal. Pero no, esta no es la donna angelicata de los renacentistas, sino una muchacha sensual, provocativa. Todo forma parte del espectáculo, el cual solo le proporciona breves momentos de gozo al sujeto, cuya “alma trémula y sola” regresa a su aislamiento habitual, el que sufría el Apóstol en medio del destierro.

“(…) está en la propia biología femenina la cualidad de poseer una vocación por el cuidado ajeno más desarrollada que la de cualquier persona de sexo masculino”.

Martí elogia las cualidades de otras artistas, como Eloísa Agüero y Pilar Balaval, en varios de sus boletines. Esta es una de las profesiones en las que, para sus contemporáneos, sí puede desempeñarse una persona de sexo femenino. Los trabajos que requieran de mayor esfuerzo físico e intelectual no son ideales para ellas; por eso al joven Martí, como se aprecia en el Diario de Izabal a Zacapa, le incomodan tanto los primeros contactos con Lola, una fémina alejada de la noción de belleza hegemónica occidental, trabajadora, viajera, ruda y seria. También es conocido su evidente desagrado hacia una de nuestras autoras más relevantes, el “alma de hombre”, la “atrevidamente grande”. Lola y la Avellaneda son una especie particular de mujer, ajena a los arquetipos, demasiado cercana a la imagen idealizada del patriarca, el líder, el destinado a la vida pública.

De vuelta a los Versos Sencillos; la mujer primigenia, a diferencia de Leonor o Carolina Otero, aparece en más de un poema, porque Eva está en todas partes y constituye la expresión máxima del amor en general. Nació de la costilla de Adán, pero dentro de sí «vibra el Universo», dado que en su vientre se gesta la humanidad. No obstante, todo lo maravilloso tiene su carga negativa, serpiente que acecha en el jardín del Edén. Como trae el amor, también se lo lleva; esta actitud forma parte de su carácter dual, cambiante, de mujer que traiciona y mujer que consuela. Más que para representar a una fémina ambigua, Martí elige a Eva para sintetizar a las mujeres en su conjunto, pues posee por sí sola ─casi─ todas las características de sus diversas sucesoras y herederas.

“La propia progenitora del sujeto lírico es esa especie de madre coraje, protectora y abnegada”.

Se echa de menos a aquella mujer que es dueña de sí misma. Claro, esta personificaría una idea de lo femenino que no encaja con la concepción de la sociedad de entonces. Sin embargo, vislumbrando los tiempos que le sucederían, en documentos más privados, Martí exhorta a la jovencísima María Mantilla a labrarse su propio camino como individuo libre e independiente. Sería esta entonces semejante a una versión honrada de la mujer citadina que aparece en las Escenas norteamericanas, inmune a la avaricia moderna, poseedora de virtudes espirituales y una elevada inteligencia.

¿Se contradice? ¿Acaso no es este pecado adjudicable a todos los seres humanos? ¿No son naturales e inherentes a nuestra condición de organismos vivos la evolución y el cambio? ¿Hemos olvidado la importancia de los medios, los contextos, los públicos en la producción de un autor? Más allá de la glorificación superficial o la crítica mordaz y desinformada, se torna necesario trabajar en el estudio científico, imparcial y sincero de los tesoros legados por una de las personalidades más trascendentales de la cultura cubana e hispanoamericana de todos los tiempos, la de nuestro José Martí.

 

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Resaltan labor de cátedra martiana en universidad de Guatemala

El reconocido académico mexicano Mario Alberto Nájera resaltó la labor de la cátedra José Martí de la Universidad San Carlos de Guatemala (USAC) y la vigencia hoy del pensamiento del intelectual cubano.

En conferencia virtual organizada a propósito del cercano séptimo aniversario de ese espacio, el doctor en Ciencias Sociales recordó que era una deuda que tenía el centro de altos estudios, pues el joven antillano vivió (11 meses) en este país.

También escribió cosas muy importantes en la tierra del quetzal y a partir de ahí sobre América Latina, subrayó el investigador, quien aseveró que tal obra en la cátedra universitaria en general va creciendo.

Tenemos ya una gran cantidad en distintas instituciones de de educación superior, acotó el profesor en los departamentos de Sociología y de Estudios Internacionales del Centro de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara.

Antes de enumerar las existentes, el igualmente coordinador de la Red Internacional de Cátedras Martianas recalcó que las ideas expresadas por el Apóstol de la Independencia de Cuba trascendieron los siglos XIX y XX.

Mencionó el concepto de equilibrio del mundo, más actual que en el pasado, al estar vinculado con lo que ocurre en las relaciones entre las naciones, y sobre todo con la apetencia de potencias como Estados Unidos.

Nájera consideró necesaria la presencia del pensamiento de Martí en la universidad, que se estudie y quede la comprensión de cómo vio hacia el futuro.

Calificó de sorprendente que las previsiones del igualmente poeta, escritor, maestro, se han ido confirmando hasta llegar a los días que corren.

Retomó los peligros que acechaban a Nuestra América, a las independencias de los pueblos, a fines del siglo XIX y de lo cual Martí habló mucho, ahora presentes, pero con más fuerza.

El mundo avanzó y al mismo tiempo se volvió terrible, en el desarrollo incluso de la ciencia, utilizada en buena medida para tratar de subyugar a la humanidad, reflexionó.

El miembro del Consejo Mundial del Proyecto José Martí explicó que por décadas ese ideario permaneció apartado de los pueblos a los cuales el cubano dirigió sus preocupaciones y palabras de alerta.

Los grupos que decidían las políticas nacionales, la educación y la cultura en América preferían a un importante poeta, aunque lejano, tan solo como recuerdo, amplió.

Eso que a un personaje íntegro, profundo, pensador crítico, patriota, señaló el analista.

Por tanto, enfatizó, su obra era conocida solo por especialistas, por algunos lectores que decidieron dedicar tiempo a entender al revolucionario americano.

La recepción de la obra martiana fue tardía, insistió Nájera, porque las ediciones de sus obras y artículos más significativos apenas llegaron a muchos lugares después de los primeros 10 años del siglo XX.

otf/znc

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Recuerdan en México a José Martí

El Dr.C. Ricardo Hodelín Tablada, médico e investigador histórico fue invitado a México para participar en el XIV Congreso Nacional de Historia y Filosofía de la Medicina que sesionó en la ciudad de Pachuca de Soto, capital del estado de Hidalgo, entre los días 25 y 27 de septiembre de 2025. Hodelín, autor del libro Enfermedades de José Martí, es colaborador del Centro de Estudios Martianos desde hace varios años y en este cónclave científico impartió dos conferencias a través de las cuales dio a conocer resultados de sus investigaciones. Asimismo, obsequió un ejemplar de su libro al Centro Cultural José Martí y visitó varios lugares relacionados con el Apóstol. Estas actividades rememoran el 125 aniversario de la estancia de Martí en tierras aztecas.

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Amar a Cuba por sobre todas las cosas

Este miércoles 18 de septiembre del 2025, en la Sede Nacional de la Sociedad Cultural José Martí, sita en el Vedado capitalino, tuvo lugar un evento cultural a modo de homenaje, bajo el título Eduardo Moisés Torres-Cuevas: un hombre que hizo, pensó y sintió por Cuba; a través de este, se retomaba el habitual espacio de reflexión y debate Cultura y Nación: el misterio de Cuba.
Al inicio, el público presente en la sala –compuesto por trabajadores de distintas instituciones martianas, estudiantes, colaboradores y miembros del taller del Adulto Mayor Alegría de Vivir– se deleitó con la canción «My way», del gran Frank Sinatra. Luego, tres estudiosos de extensa trayectoria investigativa ofrecieron sus conocimientos, anécdotas y visiones particulares acerca de la vida y obra del historiador; procuraron recordarlo sobre todo con alegría, por todo el legado que deja, y no con tristeza por su reciente partida.
En primer lugar, el Doctor Pedro Pablo Rodríguez, investigador del Centro de Estudios Martianos, relató en tono humorístico y afectuoso que, cuando lo conoció, Eduardo le pareció «un bicho raro», no solo por su gran estatura, sino también por su carácter e ingenio.
El MSc. Javiher Gutiérrez Forte, coordinador de la Casa de Altos Estudios Don Fernando Ortiz, comentó que Sartre fue el filósofo que ejerció mayor influencia en Torres-Cuevas, también resaltó la importancia de sus estudios sobre la masonería en Cuba y, emocionado, destacó el maravilloso trabajo llevado a cabo para la realización del libro Memorias de la nación cubana, publicado en 2024, con decenas de imágenes, mapas, esquemas y textos valiosos para el estudio de las diferentes etapas de nuestra historia.
Por su parte, el Dr. Elier Ramírez Cañedo, ensayista, escritor, investigador y subdirector del Centro Fidel Castro, expresó que Eduardo, «gran polemista» al que «ningún texto de historia le era ajeno», siempre fue todo un referente para él; además, recordó la necesidad de sistematizar su obra, dispersa en distintos medios y formatos.
La clausura de la actividad estuvo en manos de la célebre orquesta Aragón, muy querida por el propio Eduardo, traída a la sala a través de un video musical. Así, la mañana lluviosa albergó a un grupo heterogéneo de personas, reunidas con el objetivo de rendir tributo a quien fuera, entre otros, Miembro de Número de la Academia Cubana de la Lengua, Profesor Titular y Doctor, Miembro de la Comisión Nacional de Grados Científicos de la República de Cuba y uno de los historiadores más fecundos que ha conocido la patria.

«Amo a Cuba, por sobre todas las cosas, le entregué lo mejor de mí, solo lamento abandonarla en tan difíciles circunstancias».
Eduardo Moisés Torres-Cuevas

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Torres-Cuevas legó su memoria a todos los jóvenes cubanos

En la Casa de Altos Estudios Don Fernando Ortiz, de la Universidad de La Habana se organizó este primero de setiembre la despedida del Doctor en Ciencias Históricas Eduardo Torres-Cuevas, imprescindible voz de la historiografía cubana.

Personalidades de nuestra cultura y cientos de sus amigos, colegas, alumnos y compañeros de trabajo de las diversas entidades que prestigió con su sabiduría y constancia estuvieron presentes en las honras fúnebres: Oficina del Programa Martiano, Centro de Estudios Maartianos, Sociedad Cultural José Martí, Centro Interdisciplinario para el Desarrollo de las Ciencias Sociales, Biblioteca Nacional de Cuba José Martí, Academia de la Historia de Cuba, Alianza Francesa de Cuba, Cátedra Voltaire y Grupo Parlamentario de Amistad Cuba-Francia, entre otras.

Manuel Marrero Cruz, primer ministro y miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, asistió a la ceremonia en la que se recibieron ofrendas florales del General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución, así como de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidente de la República y primer secretario del Partido.

La partida física del querido profesor Eduardo Torres-Cuevas deja un vacío enorme en la comunidad intelectual cubana, así lo recordó en su discurso de despedida Abel Prieto, director de la Casa de las Américas, quien recomendó muy especialmente la lectura de la última obra que publicó, dedicada “a los jóvenes cubanos donde quiera que estén”: Memorias de la nación cubana.

En esta página de nuestro Portal incluimos parte de los mensajes de condolencias que se han ido recibiendo en las instituciones martianas.

© PJM

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Torres-Cuevas, al servicio de la patria
Por Marlene Vázquez Pérez

Hoy Cuba se duele por la pérdida de uno de sus hijos ilustres: el Dr. Eduardo Torres Cuevas. Nos deja una obra inmensa, hija de la constancia, el amor a la sabiduría, al trabajo y a la investigación. Su legado y labor educativa son invaluables. Sigamos hoy, en estos momentos difíciles, su ejemplo de entereza y su optimismo contagioso. Nunca dejó de soñar, ni siquiera cuando ya se sabía enfermo y con poco tiempo de vida. Prefiero decir, como José Martí, en su obituario de otro gran cubano, Antonio Bachiller y Morales: «No ha de afearse con lamentos falsos la cesación natural de una vida
larga y feliz, empleada amorosamente en el servicio de la patria.» Muchas gracias, mi admirado doctor, por sus enseñanzas. Descanse en paz. Luz para usted hoy y siempre.

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Hasta siempre querido profesor

Por: Yusuan Palacios

Ya vemos su sobrevida, ya se anuncia su clase mejor, ya nos disponemos a crear las nuevas obras que llevan en sí su espíritu lleno de actividad, tansformador y de profundas raíces culturales e históricas. Nos damos cita, una y otra vez; desafiando el tiempo y las circunstancias, con un hombre incansable, exponente vital de la búsqueda continua del pensamiento liberador, del sueño fundador, de la obra más allá de lo posible, de la raíz patria y el ala que eleva la nacionalidad nuestra.
No muere alguien así, con tanto por hacer, en plena disposición creadora, que era su combate, el que libraba con las ideas y el pensamiento, pero al mismo tiempo, con una práctica impresionante, reveladora de esencias, hacedora de una especie de impulsión histórica cuya osamenta encontramos en los cimientos de la nación, en los rasgos que definen la cubanidad y en el orgullo sublime de ser cubanos.
No muere alguien con tanta luz, con una obra de excelencia, de una altura científica fundamental, con una grandeza ética propia de los hombres de decoro, honor y dignidad. Sus 82 años de vida muy fecunda son expresión de entrega, dedicación y consagración a ideales, principios y verdades que defendía con su palabra y acción creadora.
Es más allá del eminente historiador, un pensador cuya cubanía saltaba fuera de sus poros. Un científico al servicio de la Patria, la Revolución y el Socialismo, ejemplo de intelectual revolucionario, heredero de la filosofía electiva cubana, maestro en su enseñanza, cultor de una obra de continuidad pedagógica e historiográfica emancipadora, con enfoque marxista y de creación original.
Es el Dr. Eduardo Torres Cuevas, destacado profesor universitario e investigador, con quien podíamos estar largas horas conversando, o mejor, casi todo el tiempo escuchándolo y aprendiendo de su cultura vastísima, tomando notas de sus ideas para nada arcaicas o atrasadas. Impresionaba su capacidad para adecuarse a los códigos de hoy, para oxigenar su pensamiento, para acompañar con mucha humildad ideas juveniles que nos permitió siempre compartirlas con él.
Estos últimos años me acercaron más a la obra del gran intelectual pero lo más importante fue el acercamiento a un ser humano excepcional, un caballero elegante y bien cubano, de quien seguiremos escribiendo, pese al dolor de su partida física, porque ya asoma su sobrevida.

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Por: Eloísa Carrera Varona

Desde la distancia en la que me encuentro, recibo con profunda tristeza la noticia del fallecimiento de quien fue para mí el querido y respetado profe Torres, y que más adelante pasó a ser mi jefe en la Biblioteca Nacional y en la OPM. Ya conocemos sus inmensas virtudes, pero en este momento recuerdo especialmente su noble y entrañable cubanía, su erudición y su amor por Cuba —por su cultura e historia—, a la que sirvió hasta el último aliento.
También vienen a mi mente su compromiso con nuestra patria, con la martiana revolución de Fidel, su entrañable amistad con Armando. A su vez, repaso en mi memoria al colega generoso, al compañero y amigo solidario y afectuoso. Su partida nos deja un vacío inmenso, pero también una huella imborrable en quienes tuvimos el privilegio de compartir con él, el día a día, y que ahora tenemos el deber de honrar su memoria para siempre.
Acompaño de corazón a cada uno de ustedes en este momento tan doloroso. Que encontremos consuelo en su legado, en los valores que nos transmitió y en la memoria viva de su presencia entre nosotros. Especialmente en esta hora de dolor, envío un fuerte abrazo con todo mi cariño a Patricia.
Con todo mi afecto y respeto,

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El adiós a Eduardo Torres-Cuevas

Los trabajadores de la Oficina del Programa Martiano (OPM) y su sistema de instituciones comparten la triste noticia del fallecimiento hoy –domingo 31 de agosto–, de su director, el doctor en Ciencias Históricas Eduardo Torres-Cuevas (La Habana, 1942) y profesor titular de la Universidad de La Habana.

Luego de una extensa y satisfactoria hoja de servicios en instituciones científico-culturales de gran valía, Torres-Cuevas desarrolló su apreciable carrera como director de Centro Interdisciplinario para el Desarrollo de las Ciencias Sociales, Casa de Altos Estudios Don Fernando Ortiz, Biblioteca Nacional de Cuba José Martí y Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas, y presidente de la Academia de la Historia de Cuba, Sociedad Cultural José Martí, Alianza Francesa de Cuba, Cátedra Voltaire y Grupo Parlamentario de Amistad Cuba-Francia.

Desde la Casa de Altos Estudios Don Fernando Ortiz, de la Universidad de La Habana, Torres-Cuevas realizó, en paralelo, interesantes proyectos y asumió responsabilidades editoriales y de investigación como: director de Imagen Contemporánea y de la muy valiosa Colección Biblioteca de Clásicos Cubanos, de la revista Debates Americanos; presidente de la Cátedra Interdisciplinaria de Estudios Históricos de la Masonería Cubana “Vicente Antonio de Castro”; vicepresidente del Club Martiano Faustino Pérez para el estudio del Movimiento Revolucionario Cubano entre 1940 y 1963; jefe de los grupos de investigaciones interdisciplinarias “Evolución de las Ideas en Cuba” y “Evolución de las instituciones religiosas y de la religiosidad en Cuba”.

Fue miembro de número de la Academia Cubana de la Lengua (desde 2007), de la Comisión Nacional de Grados Científicos de la República de Cuba, del Tribunal Nacional de Historia para la defensa y otorgamiento de grados científicos, del Consejo Científico del Instituto de Historia de Cuba, del Consejo Asesor del grupo Color Cubano de la UNEAC, del Grupo de creación del Centro Fidel Castro, de la Comisión Redactora de la Constitución de 2019; de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (UNHIC), Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), Sociedad Económica de Amigos del País (SEAP), del Comité Científico de la Facultad de Filosofía e Historia, de la Comisión Nacional de la Carrera de Historia y de los consejos asesores del Ministro de Cultura, del Instituto Cubano del Libro, Editorial de Ciencias Sociales y de la Comisión Permanente de Educación, Cultura, Ciencias, Deporte y Medio Ambiente.

Entre las numerosas obras publicadas por Torres-Cuevas destacan: La polémica de la esclavitud. José Antonio Saco, 1984; Félix Varela. Los orígenes de la ciencia y conciencia cubanas, 1995; Antonio Maceo: las ideas que sostienen el arma, 1995; La Historia y el oficio de historiador, 1996; Félix Varela. Los orígenes de la ciencia y con-ciencia cubanas, 2002; Historia de la masonería cubana. Seis ensayos, 2005; La historia y el oficio de historiador, 2012; En busca de la cubanidad, 2016; Pedro José Guiteras. Primeros historiadores del siglo xix, 2016, y otros muchos textos esenciales para conocer y comprender la historia de Cuba.

Fue condecorado con títulos internacionales como Caballero de la Orden de las Palmas Académicas (Ministerio Francés de Educación Nacional) y Caballero de la Legión de Honor de la República Francesa, entre otras y, en Cuba reconocida su labor con la Distinción por la Cultura Nacional, Premio Nacional de Ciencias Sociales 2000, Premio Nacional de Historia 2005, Distinción Félix Elmuza (Unión de Periodistas de Cuba), Profesor de Mérito de la Universidad de La Habana, Maestro de Juventudes 2014, de la Asociación Hermanos Saiz. El Consejo de Estado de la República de Cuba le concedió la Medalla por la Alfabetización y las órdenes Frank País de Segundo Grado y Carlos J. Finlay.

Como parte de su desempeño profesional su trabajo ha sido reconocido en universidades alemanas, francesa, españolas, norteamericanas y latinoamericanas donde impartió conferencias magistrales: Leipzig y Rostock; París III (Sorbona), de Pau, de Aix, Provence, de Saboya (Chambéry), de Bordeaux; Autónoma de Barcelona, Complutense de Madrid, de Zaragoza; de Columbia, Nueva York, Universidad CUNY, Pittsburg (Pensilvania), Universidad de Chapel Hill (Carolina del Norte), Universidad de Gainsville (Florida), Los Ángeles (California), así como en casas de altos estudios de Colombia y Perú.

Durante la celebración del Día del Historiador Cubano (primero de julio último), la Universidad de Matanzas le entregó la condición académica de Doctor Honoris Causa en Ciencias Sociales “como premio a su dedicación a la investigación histórica, la docencia, la defensa de la identidad nacional, el conocimiento, su amor por Cuba y su cultura” que acogió con beneplácito. Días después, a propósito del aniversario 48 del Centro de Estudios Martianos, obsequió a cada trabajador de nuestra institución el primer tomo del libro Memorias de la nación cubana (en el que comparte autoría con el también doctor en Ciencias Históricas Joel Cordoví).

 

Entre tantos intelectuales cubanos que han valorado la obra de Eduardo Torres-Cuevas, queremos recordarlo a través de dos comentarios de ilustres personalidades vinculadas tanto a la fundación de la Oficina del Programa Martiano como al Centro de Estudios Martianos: “innegable contribución a las Ciencias Sociales de nuestro país, con un valor estratégico, pues sustenta científicamente la coherencia y la trayectoria revolucionaria y siempre ascendente del pensamiento cubano” (Armando Hart Dávalos), y: “obra historiográfica que por la amplitud de sus investigaciones, su rigor metodológico y la cubanía de su sensibilidad, constituye un aporte sustancial a la cultura de nuestra patria” (Cintio Vitier).

© PJM

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Reabren Cátedra José Martí en Universidad de Costa Rica

La Universidad de Costa Rica (UCR) reabrió la Cátedra Conmemorativa José Julián Martí, adscrita a la Vicerrectoría de Docencia y manejada por la Sede del Pacífico, informó hoy el Semanario Universidad.

El espacio de recordación al intelectual y líder independentista cubano, cerrado en mayo de 2024, “cuenta de nuevo con el apoyo institucional para que salga a escuelas, colegios y a la comunidad a compartir los ideales del poeta, ensayista y político cubano”, comenta el Semanario.

La obra del Martí poeta, ensayista, periodista y revolucionario, cuyo pensamiento cobra una enorme vigencia en los tiempos actuales, llenos de incertidumbre y pobreza ideológica, volverá a marcar el territorio puntarenense y nacional, decisión que le correspondió a la actual directora de la referida sede, María José Quesada, subrayó la publicación.

“El espíritu martiano, inquieto, siempre profundo y con la patria como norte indiscutible –destaca el Semanario- vuelve a ondear en los corazones de los profesores, estudiantes y ciudadanos que profesan sus credos ideológicos, que fueron luz y guía para que Cuba, finalmente, alcanzara la independencia en 1898 del yugo español”.

Esos pensamientos –opina Universidad- se trastocaron luego en ideales de toda la América mestiza, tan explícitamente invocada en su texto fundacional de Nuestra América y en gran parte de los 29 volúmenes que conformaron la primera edición de sus obras completas.

“Ese Martí que visitó en dos oportunidades Costa Rica –recuerda el Semanario- y que le dedicó al menos dos textos reconocidos, y que compartió con los porteños, es el mismo que hoy, con el retorno de la Cátedra, revive el afán del análisis de los problemas que en la actualidad aquejan a Puntarenas y en buena medida al país”.

La publicación recuerda que el espacio martiano, nacido en el año 2000 y cerrado por el entonces director de la Sede del Pacífico, Oriester Abarca, en mayo de 2024, “contará con la coordinación de la profesora Marjorie Jiménez, del recinto del Pacífico”.

“Estudiantes y profesores de la sede de la UCR en Puntarenas –rememoró- impulsaron el surgimiento de la Cátedra Conmemorativa José Julián Martí en el 2000, fruto de una convergencia de intereses en contar con un espacio para el debate de la realidad regional y nacional”.

Según el Semanario Universidad, “el contexto en que emergió la cátedra martiana no es gratuito; por el contrario, se dio en la encendida coyuntura del combo del Instituto Costarricense de Electricidad, que de manera clara enfrentó y dividió a la sociedad nacional, con la apertura respaldada por el gobierno de Miguel Ángel Rodríguez”.

Por otro lado, la publicación reseña declaraciones desde Cuba de la directora del Centro de Estudios Martianos, Marlene Vázquez, quien calificó como “una gran noticia el que se haya reactivado la Cátedra. En las últimas décadas -exaltó la funcionaria- esta ha sido una de las más activas de la red internacional de cátedras martianas”.

Medios académicos nacionales precisaron que Costa Rica tiene 61 universidades privadas y cuatro públicas, entre las cuales la UCR es la más importante, por la cantidad de aspirantes que recibe, las variadas carreras que ofrece y el rigor académico con que imparte sus clases.

arc/apb

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Martí en Fidel

Con la lectura de textos que repasan la gran afinidad de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz con el pensamiento visionario de José Martí, el Centro de Estudios Martianos invita a nuestros lectores del Portal a celebrar el 99 cumpleaños de Fidel, este 13 de agosto.

Todos los trabajos en: https://www.josemarti.cu/todos-dossier/

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José Martí, el latinoamericanista imprescindible

En la memoria colectiva de América Latina, José Martí es mucho más que el Héroe Nacional de Cuba: es el primer pensador que articuló una identidad continental capaz de resistir los embates del tiempo y las trampas del poder. Su figura trasciende los marcos académicos y se convierte en un faro que alerta sobre los peligros de la fragmentación y la sumisión. Anualmente, cada 28 de enero, cuando se conmemora su natalicio, no solo recordamos a un poeta y un revolucionario; reafirmamos un proyecto político que aún no ha terminado: la construcción de una América libre, unida y profundamente democrática.

Martí irrumpió en el escenario latinoamericano en un momento en que las repúblicas recién independizadas oscilaban entre el caudillismo y la tentación neocolonial. Mientras las élites criollas soñaban con emular a Europa o se subordinaban a los designios de Estados Unidos, él propuso otra vía: la unidad continental basada en la justicia social y el orgullo de lo mestizo.

En Nuestra América, texto que debería ser lectura obligatoria en cada escuela del continente, advirtió que “el problema de la independencia no era cambiar de dueño, sino dejar de tenerlo”. Esa frase resume una revolución conceptual: la libertad no se mide por la bandera que ondea en el palacio, sino por la capacidad de un pueblo para decidir su destino sin tutelas externas.

La importancia de Martí radica también en haber sido el primer latinoamericanista consciente de que la soberanía nacional dependía de la solidaridad regional. Fundó el Partido Revolucionario Cubano en 1892 no como un mero instrumento para expulsar a España, sino como una plataforma continental contra el avance imperial. Invitó a países hermanos a sumarse a la causa cubana porque entendía que la caída de La Habana ante el imperialismo desencadenaría un efecto dominó en el Caribe. Su visión geopolítica anticipó, con décadas de ventaja, los planes de la doctrina Monroe y la ocupación de Puerto Rico en 1898. Hoy, cuando el Grupo de Puebla o la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) buscan mecanismos de integración, retoman la intuición martiana de que “la patria es toda la América”.

En el terreno cultural, Martí desmontó el racismo científico que justificaba la dominación. Reivindicó la mezcla indígena, africana y europea como fuente de riqueza y resistencia. En La Edad de Oro, dirigida a los niños, escribió que “los hombres del sur somos más libres porque llevamos en la sangre la rebeldía de tres continentes”. Ese gesto pedagógico fue revolucionario: enseñaba a las nuevas generaciones que no debían avergonzarse de sus raíces ni aspirar a ser “occidentales” a cualquier precio. La descolonización del imaginario que hoy promueven movimientos como el zapatismo o el afrodescendientismo encuentra en Martí un antecedente insoslayable.

La dimensión ética del pensamiento martiano lo convierte en un referente imprescindible para las izquierdas contemporáneas. Mientras algunos sectores justifican alianzas con potencias extranjeras en nombre de la “realpolitik”, Martí recordaba que “la política es la conducta pública de la moral”. Rechazó la idea de que los pueblos pequeños deben resignarse a ser piezas de ajedrez de las grandes potencias. Su firmeza antianexionista no era un romanticismo: era una estrategia para impedir que Cuba se convirtiera en “llave del Golfo” de Estados Unidos, como él mismo escribió.

La influencia de Martí se extiende al feminismo y al ecologismo. Fue uno de los primeros varones públicos en denunciar la trata de mujeres y en reivindicar la educación de las niñas como base de la emancipación. En su crónica “La mujer española en Cuba” denunció la doble opresión de raza y género que sufrían las negras esclavizadas. Además, su poética de la naturaleza —donde el paisaje caribeño es protagonista— anticipa la conciencia ecológica: veía en la tierra no un recurso a explotar, sino un cuerpo al que pertenecemos. Los movimientos indígenas que defienden el buen vivir o las comunidades que resisten la megaminería encuentran en Martí un aliado inesperado.

En el ámbito educativo, la pedagogía martiana sigue siendo un modelo. El “maestro” —como lo llamaban sus compañeros— creía que enseñar era despertar la conciencia crítica. Sus aulas eran espacios donde se discutía la independencia mientras se aprendían matemáticas. Hoy, los programas de alfabetización cubanos retoman esa síntesis entre conocimiento y compromiso. La frase “ser culto es el único modo de ser libre”, que aparece en sus escritos, ha sido adoptada por movimientos populares que ven en la educación la herramienta para romper cadenas invisibles.

La muerte de Martí en Dos Ríos, el 19 de mayo de 1895, fue un golpe brutal, pero también un acto fundacional. Al caer en combate sin haber alcanzado los 43 años, se convirtió en el símbolo de la entrega total. Desapareció físicamente, pero su palabra sobrevivió y se multiplicó. En cada huelga obrera, cada protesta estudiantil, cada movimiento indígena que alza la voz, resuena su grito de “Patria o Muerte”. La desaparición física se transformó en presencia política: ya no es un hombre, es una conciencia colectiva.

En tiempos de crisis global, ser martianos ofrece un horizonte posible. Ante el auge de las derechas xenófobas y la tentación de los muros, las ideas de Martí siguen latentes y reafirman que la identidad latinoamericana no se construye contra el otro, sino con la diversidad. Su frase “el hombre no tiene patria: la hace” es una invitación a crear comunidades inclusivas, donde el migrante no sea una amenaza sino un hermano. La solidaridad que Cuba ha mostrado con el envío de sus especialistas a otros países es una actualización de ese principio.

Cerrar este comentario sin mencionar la juventud sería injusto. En cada plaza donde se levantan banderas antineoliberales, hay rostros jóvenes que han leído a Martí en voz alta. No lo hacen por nostalgia: lo hacen porque sus palabras explican por qué sus vidas son precarias, por qué sus sueños están hipotecados. El poeta argentino Juan Gelman decía que “los muertos no están muertos si los nombramos”. Nombrar a Martí hoy es nombrar la esperanza de que otro mundo es posible, siempre que recordemos que la libertad no se hereda: se conquista cada día, con la misma pasión que llevó al maestro a enfrentar las balas en Dos Ríos.

Tomado de: https://www.5septiembre.cu/

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Semillas de paz, la idea del bien

Ustedes recordarán el momento en que el profesor italiano Luca Bondi entregó a la Oficina del Programa Martiano (OPM) un frasco de vidrio con una muestra de la primera producción de aceite vegetal de los olivos del Jardín Martiano que cuidan los jóvenes del Centro Internacional de Estudios ‘José Martí’ por la Paz y la fraternidad entre los pueblos”, expresó Héctor Hernández Pardo, subdirector de la OPM, al presentar ante el público a Luca Bondi hoy, 21 de julio, en el Centro de Estudios Martianos.

Cierto. Fue inolvidable aquel gesto simbólico de Bondi, presidente de la Asociación Semillas de Paz durante la inauguración de la VI Conferencia Internacional “Por el equilibrio del mundo” (enero de este año). Recordarlo fue la mejor manera de invitarlo a que expusiera un resumen del intenso trabajo comunitario de esa prestigiosa organización con los jóvenes en la Ciudadela (Tarquinia), sede principal de la Asociación Semillas de Paz que, en proyección y acciones, como dijera José Martí, representa “la idea del bien”.

Auxiliado de testimonios gráficos de diferentes encuentros en la Ciudadela, donde pudo verse el ecosistema martiano creado en el entorno: bosque, huertos y jardín, Bondi fue explicando el devenir y amplitud de miras de la organización –con 45 años de creada– que sigue creciendo de la mano de un gran equipo de profesionales cuyas acciones responsables están todas dirigidas a “impulsar caminos de paz y armonía en la humanidad”: siembra de árboles, intercambios de experiencias y conocimientos, impartición de clases, así como la promoción de concursos de arte y literatura cuya finalidad consciente es dar a conocer vida, pensamiento y principios éticos de José Martí y del filósofo Antonio Gramsci, no solo en Italia sino en el mundo.

Dos profesores italianos del Centro Internacional de Estudios “José Martí” por la Paz y la fraternidad entre los pueblos, presentes en el acto, pidieron la palabra para aportar testimonios acerca de todo lo explicado por Bondi acerca de esta asociación humanitaria.

Para cerrar el acto, la estudiante de la Escuela Elemental de Música “Manuel Saumell”, Keyla Morera Ávila, tocó a violín un popurrí de piezas, interpretación muy elogiada por Luca Bondi, quien la felicitó por la calidad y, además, comentó al público el privilegio que siempre constituye poder optar por el sonido de la música contra el ruido de la guerra.

© PJM

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