Los apuntes de temática cubana
Por: Dra. Lourdes Ocampo Andina

Los fragmentos publicados en el tomo 22 de las Obras completas de José Martí de 1963, son más que fragmentos, hojas sueltas, que en su momento no pudieron ubicarse. El trabajo del investigador consiste precisamente en establecer las relaciones pertinentes con el resto de la obra, reconstruir el diálogo. Una ordenación temática resulta pertinente, porque cada uno se ciñe a temas particulares, o bien son apuntes de las ideas que venían a su mente en un momento dado, o son borradores de crónicas, discursos, etc., o notas tomadas de un libro que lee o un periódico.

Los apuntes cubanos están formados por un grupo de setenta y dos manuscritos. Para su edición crítica, cada uno de ellos requirió una investigación independiente. Tratan de temáticas relacionadas directamente con la cultura cubana o con las ideas en torno a la política hacia Cuba.

Abre la colección un apunte anterior a 1881, que resulta revelador, pues expresa la preocupación martiana del papel que se le asigna al cubano en la novelística decimonónica, se duele de que autores icónicos de la literatura española como Benito Pérez Galdós o Emilia Pardo Bazán, retraten al cubano con total desconocimiento de su idiosincrasia. Refiere a la escritora norteamericana Julia Howe, importante feminista, que escribiera un diario en el que relató su viaje a Cuba, y a los cubanos en su justa medida.

De ellos 23 fueron escritos en el mismo tipo de papel, pudieran formar parte de un cuaderno de apunte, o bien se corresponden con un período de tiempo, por lo que ha sido posible agruparlos. Se puede afirmar que fueron escritos después de 1887, año de la muerte de su padre, a la que alude frecuentemente, y 1891, por las constantes menciones en ese período a los motivos de la guerra, y a la constante de que ella se efectúa contra un sistema y no contra el hombre español que le fue muy cercano.

Estos apuntes están escritos en el mismo papel que los versos correspondientes a “Al extranjero” y “Mi padre era español” de Versos libres, y tratan semejante temática: el conflicto del hombre que ama entrañablemente sus raíces hispanas y “lo español”, pero prepara una guerra contra el poder colonial:

Y si a los esp., por ser españoles, los ataco, mi padre saldría de la tumba, y me diría: parricida.―

Pero el mal gobierno, la opresión, la ignorancia en q. vivimos, la miseria moral a q. se nos condena, esto ¡padre mío! no eres tú, eso no es España,―sino otro país y eso es infamia y abominación, y dondequiera que lo encontraras lo has de acabar

Temática a la que alude también en los versos:

Mi padre era español: era su gloria

Los domingos, vestir sus hijos

Pelear, buen o; no tienes que pelear, mejor:

Aún por el derecho, es un pecado

Verter sangre, y se ha de

Hallar el modo

De evitarlo. Pero, lo juro:

Santo sencillo de la barba blanca,

Ni sangre inútil llamará tu hijo;

Ni servirá en su patria al extranjero:

Mi padre fue español: era su gloria,

Rendida la semana, irse el domingo

Conmigo de la mano.

Para Emilio de Armas en Un deslinde necesario, estos versos parecen escritos en 1889, durante aquel invierno de angustia, en que por fe fanática o por miedo, o por cortesía, se reunieron en Washington, bajo el águila temible, los pueblos hispanoamericanos, como declara el propio Martí en el prólogo a los Versos sencillos. En diciembre de ese año escribe a Gonzalo de Quesada y Aróstegui una carta con ideas semejantes a las de los fragmentos y el poema. Por tanto los apuntes podrían corresponderse a ese año.

Sin embargo la idea de los apuntes se reitera en el discurso pronunciado en el Liceo Cubano, Tampa, 26 de noviembre de 1891. (OC, t. 4, p. 277, párrafo 1), el cual dice:

¿Al español en Cuba habremos de temer? ¿Al español armado, que no nos pudo vencer por su valor, sino por nuestras envidias, nada más que por nuestras envidias? ¿Al español que tiene en el Sardinero o en la Rambla su caudal y se irá con su caudal, que es su única patria; o al que lo tiene en Cuba, por apego a la tierra o por la raíz de los hijos, y por miedo al castigo opondrá poca resistencia, y por sus hijos? ¿Al español llano que ama la libertad como la amamos nosotros, y busca con nosotros una patria en la justicia, superior al apego a una patria incapaz e injusta, al español que padece, junto a su mujer cubana, del desamparo irremediable y el mísero porvenir de los hijos que le nacieron con el estigma del hambre y la persecución, con el decreto de destierro de su propio país, con la sentencia de muerte en vida con que vienen al mundo los cubanos? ¿Temer al español liberal y bueno, a mi padre valenciano, a mi fiador montañés, al gaditano que me velaba el sueño febril, al catalán que juraba y votaba porque no quería el criollo huir con sus vestidos, al malagueño que saca en sus espaldas del hospital al cubano impotente, al gallego que muere en la nieve extranjera, al volver de dejar el pan del mes en la casa del general en jefe de la guerra cubana? ¡Por la libertad del hombre se pelea en Cuba y hay muchos españoles que aman la libertad! ¡A estos españoles los atacarán otros: yo los ampararé toda mi vida!

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