El independentismo en las posesiones coloniales de España en las Antillas, se retrasó medio siglo respecto al continente. Sin embargo, y pese la asincronía, conforma otra arista de un mismo proceso. En tierra firme, a inicios del siglo XIX, eran fuertes dos influencias libertarias: la ilustración europea, con su liberté, égalité et fraternité, y la emancipación de las colonias inglesas de Norte América refrendando la sentencia de Franklin, not government too mooch. Con esos postulados, y con la emancipación por horizonte, se desata el movimiento independentista continental, logra su objetivo, y Simón Bolívar se alza como el Libertador, paradigma del espíritu regional.