Dentro del programa de actividades desarrolladas en la sede del Centro de Estudios Martianos (CEM) como parte de la Vigésimo-sexta Feria Internacional del Libro de La Habana, se presentó el libro titulado: “Notas de un poeta al pie de los cuadros”, de la autoría del Licenciado David Leyva González, Investigador agregado del Departamento de Literatura del CEM.
El volumen estuvo al cuidado de la editora Maia Barreda y forma parte de la colección Ala y Raíz. de la editorial José Martí del CEM.
Las palabras de presentación de la obra estuvieron a cargo de la Doctora en Ciencias del Arte Luz Merino Acosta, Profesora Titular de la Universidad de La Habana, que se ofrecen a continuación.
El texto que nos convoca en la tarde de hoy Notas de un poeta al pie de los cuadros de David Leyva González, es sin lugar a dudas un exitoso proceso indagatorio que pone en superficie la labor de Martí como cronista de su tiempo, enfocado hacia el comentario artístico. Leyva se propone agrupar “el disperso y enciclopédico número de pintores que se mencionan”, y recorre una amplia coordenada crono tópica entre México, Guatemala, España, los Estados Unidos, Francia.
Doscientas noventa y siete páginas estructuradas en siete segmentos en las cuales el centro de gravitación lo ocupan las notas del Maestro con un pórtico sobre el origen de la crítica de artes plásticas y un cierre centrado en las alquimias plásticas literarias de José Martí. Mas siempre se aprende que es lo más importante, se obtiene una experiencia y la lectura del texto de David Leyva me ha permitido fijar temáticas, reevaluar juicios, obtener información y acercarme un poco más al siempre maestro J Martí. Por ello agradezco al autor esta invitación y el posibilitar compartir con Uds. este comentario.
A lo largo del texto se advierte un sentido investigativo, apoyado en referencias, la información cruzada de textos y el manejo de una extensa fortuna crítica sobre el tema, así como la búsqueda de alineaciones comparativas como la relación entre Baudelaire y Martí. Igualmente destacable es el análisis del universo visual que enfrenta Martí en España y Francia y como va construyendo la plataforma que le posibilitará entender, comparar, asociar a la hora de accionar el comentario valorativo en la latitud norteamericana.
Minucioso en la descripción de los acercamientos de Martí hacia los creadores y obras en particular, Leyva se vale de breves núcleos conclusivos al final de los acápites y en ocasiones intercalados en el texto.
Leyva es muy preciso desde el inicio y en este sentido se incluye el título, Un poeta al pie delos cuadros o sea que los juicios de valor y los comentarios deberán ser pensados y analizados por el lector de hoy, desde esta óptica que él propone. Para enfatizar la propuesta, ofrece plurales ejemplos de escritores que han abordado el arte por tener un sustrato común.
Martí es un creador, un poeta que posee una sensibilidad que le permite apreciar y comentar la producción artística, condición de los escritores y poetas del sigo xix y del xx en cuanto a ese entrecruzamiento a partir de la escritura, pues la crítica pone en palabras ese lenguaje mudo que es el arte. Martí es un creador que se pronuncia sobre otros creadores (en este caso pintores) y Leyva comenta esta relación y la pauta siguiendo una cronología y los diferentes soportes en los que colaboró el crítico.
Los comentarios del investigador ponen de manifiesto la presencia de la crónica como género periodístico, y la necesidad de un cierto manejo informativo por parte del Maestro, pues debió de abordar disímiles temas inscritos en una malla de sucesos, registros históricos, acontecimientos, en la cual se sitúa el comentario crítico. Y eso es precisamente lo que determina la indagación que Leyva reúne para nosotros, sustrae la crítica, la autonomiza y la recoloca en este texto que hoy nos reúne, lo que viabiliza de manera ordenada asistir a un proceso, levantar y reunir un corpus crítico al colocar una al lado de la otra los comentarios críticos de JM, lo que le permite brindar al lector no solo una secuencia sino la manera en que el crítico de arte se enfrentó en diferentes escenarios a la producción pictórica y los modos y maneras en que la analizó.
Al parecer lo dominante –como tendencia- en la prensa, cuando Martí escribía era la categoría de noticia. Se dice que la noticia es la narración de un suceso, de una parcela de la vida individual o colectiva. Debe de tenerse en cuenta que no existe un concepto universal de noticia, sino que la noticia es el producto de una sociedad muy concreta. Se comprueba que la noticia suele salir al otro día del suceso, se notifica aquello que se cree puede interesar y por ello se le comunica al público.
El periodista suele diagramar una noticia que no era de utilidad para todos los públicos consumidores de esa prensa, sino que era para aquellos que tenían interés en conocer sobre el tema. Martí no es un periodista de noticias sino un cronista, al utilizar la crónica, género que por su naturaleza: selectivo, subjetivo le permite al autor una amplia libertad, por ello reajusta una mirada y coloca la opinión, el parecer, como el núcleo duro de su discurso, ¿qué le provoca la obra a este escritor?, entonces Martí supera el sentido noticioso, reacomoda el concepto de noticia sin dejar de informar, y lo más significativo cómo desde la columna del periódico se propone entablar un diálogo con el lector.
El maestro gusta de lo contemporáneo aunque respeta a determinadas figuras que tiene como paradigma, mas la crónica le provee para expresarse sobre la actualidad: subastas, exposiciones, salones, mercado, marchad. Se dice que el tiempo es la primera dimensión de la crónica, junto al predominio de la subjetividad. Martí quiere convencer a través de un estilo literario en los comentarios críticos, dar la sensación de una vivencia que conjuga con la información.
En el conjunto de lo escrito se advierte que Martí menciona o se detiene en productores que no trascendieron su horizonte mas contribuye a darnos un escenario en el cual se mueven diversas fuerzas, un “mural” escritural de la vida artístico cultural en diversos territorios en el denominado cambio de siglo.
David coloca en superficie y valor el respeto de Martí por el arte del pasado consagrado. Su admiración por Murillo y Fortuny que resultan conexiones constantes en ese uso de la comparación, la oposición y las referencias que suele emplear el Apóstol.
Sabemos que Martí sale para México y comienza a trabajar en El Universal en 1875 tenía entonces 22 años, ya había estado en España, pero podríamos preguntarnos qué recuerdos tenía de la producción habanera en términos de artes plásticas. No existía un museo o espacios de visibilidad, solo la Academia de San Alejandro que hacia una exposición anual, de manera que la Isla no podía ser un referente para este joven que se proponía otros ideales .Por ello la visita a España lo nutrió en conocimiento, le abrió un universo con el cual se sintió vinculado pero es indiscutible que el encuentro con México resultó significativo. Los fragmentos que consigna y analiza Leyva ponen de manifiesto el choque con una cultura y la necesidad de hacer un arte americano, legado que tendrá presente la generación de 1920 en Cuba.
Martí es un hombre de su tiempo, que ciertamente vislumbró aspectos que superaron su época, pero está enclavado en un contexto situacional donde corren determinados paradigmas estéticos, ideales artísticos, registros de difusión y miradas críticas. Por su misma juventud es lógico que tome partido en dicho contexto a favor de lo moderno, lo experimental y que vibre con la nueva manera de hacer arte. Desde la crónica su crítica escolta a un nuevo sentir pictórico.
Para los estudiosos norteamericanos en el denominado Cambio de Siglo en su país, será el impresionismo el discurso que designe lo moderno, mientras que para los europeos será el simbolismo, aunque en España el realismo se mantiene cruzado con el romanticismo y con el uso de la pincelada suelta. Todos estos discursos diagraman las nuevas fronteras de la modernidad y Martí se sitúa entre todos estos modos y maneras discursivas. Apuesta por lo moderno concepto que en el horizonte en el cual el maestro escribe es un universo cambiante donde concurren y confluyen patrones y estilos plurales, etapa que la define y diseña la diversidad de artista, estilos y posturas.
Inscrito en esta pluralidad pictórica discursiva se encuentra el concepto de gusto, dado por el sistema de preferencias de ese sujeto que actúa con indicadores estéticos que es el crítico, a lo que se suma el canon de época. En el horizonte de expectativas en el cual discursa Martí hay ideales artísticos y determinados cánones conformados por el gusto, la opinión y el conocimiento, trilogía esta que le permite desde el periodismo, a este crítico, ofrecer determinados juicios de valor.
Con este texto Leyva entrega otra faceta de la labor martiana, tal vez menos difundida o promovida por partes o segmentos, creo que por primera vez es posible acercarse a esta producción cultural de Martí como un corpus. Sabemos que las investigaciones abren ventanas en diversas direcciones y posibilitan al lector según sus competencias culturales advertir líneas de desarrollo desde el propio texto. Una de estas líneas podría ser, ver qué lugar ocupa esta labor de Martí en el conjunto de su obra.
Otra reflexión desde el texto de Leyva sería indagar en algunos de los cronistas que coincidieron temporalmente con Martí, desde otros soportes en los Estados Unidos y aquilatar algunas críticas de manera de poder inscribir a Martí en aquel horizonte informativo cultural.
Pongo en alta estima la contribución que puede hacer este texto de David Leyva a la historiografía de la crítica, al estudio de la propia obra de Martí e incluso al hoy denominado periodismo cultural.
Muchas Gracias